Durante la Gran Guerra, gran parte de los combates del frente occidental tuvieron lugar en territorio francés; el país sufrió la pérdida de unos dos millones de personas entre soldados y civiles (las mayores, en relación a su población, de todos los contendientes), por no mencionar la delicada situación en la que quedó su economía. El pueblo exigía un resarcimiento y, así, el primer ministro Clemenceau reclamó fuertes compensaciones en los tratados de la posguerra (principalmente en el de Versalles de 1919), tanto territoriales como económicas, que pretendían sobre todo evitar el rearme de sus enemigos y de Alemania en particular. Las provincias limítrofes de Alsacia y Lorena volvieron a poder de Francia, que además controlaba directa o indirectamente (a través de la Liga de Naciones) otras zonas industriales y parte de las antiguas colonias alemanas, lo que la convirtió en la principal potencia colonial de África. La prevención contra futuras guerras se basó en el establecimiento de una red de alianzas diplomáticas (la pequeña entente) y la creación de una costosa serie de fortificaciones, la famosa línea Maginot, en las fronteras con Alemania e Italia.
El escritor Clark Ashton Smith basó sus relatos de Averoigne en la región francesa de la Auvernia, situada en el centro-sur de Francia. Estas historias se desarrollan en la Edad Media y en ellas el paganismo y la magia aún no han desparecido de la región. Aunque no son realistas, sería fácil adaptar sus ideas como antiguas leyendas (deformadas por el transcurso de los siglos) referidas a una región del interior que parece no haber sido tocada por el tiempo.
Si el Guardián acepta echar mano de las historias populares medievales, hallará muchos otros detalles de gran potencial, como la pretensión de los reyes merovingios de “descender de criaturas marinas” o el hipotético vínculo entre los cátaros y el nihilismo del Rey de Amarillo, y en particular la relación entre Carcasona y la mítica Carcosa.
Las aspiraciones francesas en lo relativo a las reparaciones de guerra se toparon con la realidad de la grave crisis alemana y la resistencia de la población teutona a satisfacer lo pactado, lo que lastró en los primeros años de la década la recuperación de la economía gala y desembocó en la ocupación de la zona del Ruhr por tropas francesas y belgas entre 1923 y 1925, sin que eso permitiera obtener grandes beneficios. Por fin, en el periodo entre 1926 y 1931 la economía francesa vivió una época de esplendor, marcada por una moneda débil que favorecía las exportaciones y por las buenas condiciones laborales. La bonanza económica atrajo una fuerte inmigración (más de tres millones de personas, provenientes sobre todo del sur de Europa y de los países del este), estimulada por la política oficial. En efecto, la llegada masiva de extranjeros era necesaria para compensar las pérdidas dejadas por la guerra, dado que Francia tenía uno de los índices de fertilidad más bajos del continente.
En el ruedo político, Clemenceau perdió por una amplia diferencia las elecciones de 1920 y la Tercera República retomó sus complejas crisis institucionales, marcadas por cambiantes alianzas entre los diversos partidos (conservadores, socialistas, republicanos, radicales, etc.), ninguno de los cuales lograba afianzar mayorías sólidas. En estos gobiernos inestables (la mayor parte no alcanzaba el año de vida), era habitual que los partidos se repartieran y barajaran los diversos ministerios. Por otro lado, el temor a las ligas fascistas y católicas (relativamente fuertes en la segunda mitad de la década) empujó a los comunistas a colaborar con los gobiernos de izquierda, en lugar de boicotearlos como en Alemania, lo que inyectó cierta solidez al sistema político.
La presencia de tcho-tchos en Indochina se conoce desde antiguo y fue estudiada en 1921, durante una expedición de L'Ecole Francais d'Extreme Orient, en Saigón. Aunque en las colonias francesas no estaban tan extendidos como en Birmania y el Tíbet, sí contaban con una amplia población en lo que luego sería Vietnam y el norte de Laos, y sin duda algunos se trasladaron a Francia antes del periodo de descolonización.
En cuanto a África, las autoridades francesas (al igual que las británicas y belgas) se las tuvieron que ver con sectas como la misteriosa Hermandad Femenina del Mensajero Enmascarado (especialmente fuerte en Marruecos y Argelia). Y si retrocedemos hasta comienzos del siglo XIX, nos encontramos con la influencia del vudú en la independencia de Saint-Domingue, rebautizada como Haití (la Guía de Nueva Orleans detalla los vínculos entre esta religión y los Mitos).
La legión extranjeraSi el Guardián desea ambientar sus módulos en las colonias francesas, la famosa légion étrangère puede ser un gran recurso. Fue fundada en 1831 para que se alistaran voluntarios extranjeros (y también franceses), siempre bajo el mando de oficiales galos, y en el reclutamiento se pasaban por alto las falsas identidades y hasta los antecedentes penales, aunque permanecer en ella no era un camino de rosas. La legión participó en la Gran Guerra y, en el periodo de entreguerras, en los conflictos de Argelia, Marruecos e Indochina, por lo que será fácil situar a los personajes en el foco de la acción.
El imperio francés alcanzó uno de sus momentos álgidos tras la Gran Guerra. Conservaba sus amplios dominios en África Occidental (los actuales territorios de Argelia, Túnez, Mauritania, Senegal, Costa de Marfil, etc.) y en el sur Madagascar. En Asia estaban sus estratégicas posesiones en Indochina, divididas en la Cochinchina, Tonkín y Annam (que ahora forman Vietnam) y los protectorados de Laos y Camboya, y en Oceanía la Polinesia Francesa. Los franceses también poseían pequeños territorios en América, como la Guayana Francesa y las islas caribeñas de Guadalupe y Martinica. Además, tras la Primera Guerra Mundial Francia pasó a controlar parte de los territorios del despedazado Imperio Otomano en Siria y El Líbano, y las ex colonias africanas alemanas de Togo y Camerún.
La colonización de Argelia, iniciada en 1830, fue especialmente violenta y costosa en vidas humanas. La metrópoli dio a este país el estatus de parte integral de Francia y se produjo un importante flujo emigratorio desde el continente a las principales ciudades argelinas y a las zonas agrícolas de la costa: colonos en el tradicional sentido de la palabra que desplazaron a los nativos hacia el interior, menos productivo.
A comienzos de la Gran Guerra, París estuvo a punto de caer en manos alemanas, pero la desesperada contraofensiva francesa logró retirar el frente a unos ciento diez kilómetros de distancia, donde se estabilizó durante casi toda la contienda. Desde allí, grandes cañones alemanes bombardearon ocasionalmente la ciudad en 1918, provocando más miedo que auténtico daño.
París se recobró pronto de las pérdidas humanas de la Gran Guerra y, gracias a la inmigración, en 1920 ya había alcanzado de nuevo los tres millones de habitantes (casi cinco en el área urbana). En el periodo de entreguerras se convirtió en una ciudad boyante y alegre, famosa en todo el mundo por su mentalidad abierta y moderna y lo atrevido de su vida nocturna (aunque no alcanzaba los niveles de depravación de Berlín). Si es posible, el Guardián debería consultar el antiguo suplemento para La Llamada de Cthulhu de la editorial Descartes Les Années Folles, sobre Francia y en especial el París de esta época.
París, además de la capital de la moda, lo es también tradicionalmente del perfume. El olor no suele ser un aspecto fundamental de los relatos lovecraftianos (salvo como abominables hedores o aromas difíciles de describir pero que sirven para delatar la presencia de los Mitos), pero nada impide que lo sea en una partida, por ejemplo de forma similar a una droga (como el perfume del lotus noir) o incluso anulando la voluntad, como en la novela de Patrick Süskind.
Las empresas más importantes de la época eran Guerlain, Caron, Coty y también Chanel, cuyo famoso Nº5 data de 1921. Por su parte, los frascos imitaban motivos clásicos, egipcios u orientales, con diseños art nouveau y art déco. Si alguna casa de perfumes está relacionada con los Mitos, esa es sin duda Industrias Charlaine, mencionada en Amos Ocultos y creada tras los sucesos de Las sombras de Yog-Sothoth.
Cultes des GoulesEste nefando tomo fue escrito por el conde d’Erlette (alter ego de August Derleth) y publicado en la primera mitad del siglo XVIII (aunque hay versiones contradictorias al respecto). El texto revela la existencia de una secta de brujos, profanadores de tumbas, necrófilos y cosas aún peores que actúan en el subsuelo y las catacumbas de París. Aunque la obra fue condenada y sus copias perseguidas, se conserva al menos una en la biblioteca de la Universidad Miskatonic y posiblemente otras en Nueva Orleans.
La capital gala se erigió en foco de las artes y las letras (por encima de Londres). Atraía a famosos personajes del resto de Europa y los Estados unidos, como los escritores Hemingway y Scott Fitzgerald, la artista Josephine Baker (que escandalizó a la sociedad bienpensante de la época), pintores como Picasso y Dalí, etc. La corriente del Art Déco, representativa de la época, nació oficialmente en París en 1925, y en 1924 la ciudad albergó los juegos olímpicos.
El París que conocemos (y el que conocerán los personajes de los años 20) corresponde a las grandes reestructuraciones urbanas realizadas a mediados del siglo XIX, cuando se desmanteló la vieja ciudad medieval de calles estrechas y edificios de madera para sustituirla por avenidas amplias y rectas. Desde 1925 la torre Eiffel (erigida en 1889 para la exposición universal) lucía enormes anuncios de Citröen en tres de sus caras.
Esta minúscula ciudad-estado en la costa sudoriental francesa ha sido formalmente independiente desde 1861, tras diversos vaivenes con Francia y Cerdeña, y la familia Grimaldi ha controlado el principado desde el siglo XIII. No obstante, al terminar la Primera Guerra Mundial la línea sucesoria carecía de herederos directos y el trono podía pasar a manos de un noble alemán, una situación considerada inaceptable por Francia, que impuso un tratado según el cual Mónaco dependía de ella y podía pasar a ser un protectorado francés sin verdadera independencia. Finalmente, se adoptó en 1920 a una hija ilegítima (Carlota Louvet, a partir de entonces Carlota Grimaldi) como heredera del trono monegasco. La defensa del territorio es, en todo caso, responsabilidad de Francia.
Los casinos, presentes desde el s.XIX en muchas de las grandes capitales europeas y sin embargo infrautilizados en las partidas (como los balnearios), ofrecen gran cantidad de posibilidades para un escenario, llenas de peligros mundanos para los personajes, desde el espionaje a la ruina o la ludopatía.
Por influencia del de Mónaco, en Europa se usaba la ruleta con un solo cero, aunque el juego que más dinero movía era el bacarrá. No era fácil encontrar dónde jugar. En Bélgica y Luxemburgo era ilegal, en Francia existían casinos legales, pero no tenían ruleta (y eso que es un invento francés). En España los boyantes casinos cerraron al ser ilegalizado el juego por Primo de Rivera en 1925 (pero se mantuvo la lotería), y en Rusia se prohibieron a finales de la década.
El acceso al principado desde el interior había sido complicado hasta llegada de la línea férrea, cosa que se produjo poco antes de 1870. En los años 20, los tranvías se encargaban de conectar los distintos barrios, y la primera carrera del circuito de Mónaco se disputó en 1929.
Resulta imposible mencionar Montecarlo sin referirnos a su casino, que data de 1863 (hubo otro anterior en el principado en 1853) y fue ampliado en 1910 con un teatro. Que Mónaco decidiera recurrir al juego como fuente de riqueza se explica dentro de su evolución histórica. En el siglo XIX el principado sufrió amplias pérdidas territoriales, pueblos que pasaron a Francia y cuyas cosechas suponían los mayores ingresos de la región. Al verse al borde de la bancarrota, los Grimaldi tomaron como guía ciudades alemanas que gracias a un balneario y su casino generaban enormes riquezas en poco espacio, aprovechando además que en esa época estaban prohibidos en Francia y poco después lo fueron en Alemania.
Ritz - París, Place Vendôme. Inaugurado en 1898 (el primer Ritz), es el lugar de moda para los ricos y famosos, especialmente los llegados de los Estados Unidos. Tiene unas 160 lujosas habitaciones.
Hôtel de Crillon - París, Place de la Concorde. Fundado en 1909, el edificio y la decoración pertenecen al siglo XVIII. Extraordinariamente lujoso, aquí se albergó la delegación americana en las conversaciones de paz tras la 1ªGM.
Hotel Regina - París, Place des Pyramides, cerca de la entrada al Louvre. Es un hotel de cinco pisos que fue inaugurado en 1900
Hotel Continental - París, junto a las Tullerías. Inaugurado en 1878, ocupa toda una manzana y es de los más grandes y lujosos de Europa. Aquí solía alojarse la realeza rusa antes de la Revolución.
BibliotecasBibliothèque Nationale - París, Rue de Richelieu. Fundada a mediados del siglo XIV y abierta al público desde 1692, posee una edición en latín del siglo XVII del Necronomicón.
Biblioteca Mazarina - París, Quai de Conti. El cardenal Mazarino (1602-1661) creó esta biblioteca, la primera de Francia que se podría considerar pública, a partir de su colección personal.
American Library in Paris - Fundada en 1920 con 30000 tomos que dejó atrás el Library War Service, destinados originalmente a las tropas americanas desplegadas en Francia.
Museos y universidadesLouvre - Aunque es mundialmente famoso por sus cuadros y esculturas, el Louvre posee importantes colecciones de antigüedades mesopotámicas, egipcias y griegas, algunas de las cuales se trajeron durante las campañas napoleónicas a principios del s. XVIII y comienzos del XIX.
Musée National du Moyen Age - Barrio latino. El Museo de la Edad Media posee importantes colecciones de arte románico y gótico, es famoso por sus estatuas y tapices. El edificio se alza sobre las antiguas termas romanas y sirvió como palacio de los abades de Cluny del siglo XV. Se estableció como museo en 1843.
La Sorbona - La Sorbona es realmente uno de los colegios de la Universidad de París, fundada en el s.XII y una de las más importantes de la Edad Media. En el s.XIX era conocida como Academia de París, pues todas las uni-versidades estuvieron fusionadas en la Universidad de Francia hasta 1896.
ManicomiosLa Salpêtrière - Antiguo hospicio para prostitutas y mendigas del siglo XVII. De gran tamaño, derivó en el siglo XIX hacia el tratamiento de los alienados, actividad que cedería en los años 10 y 20 a otros hospitales para centrarse en la atención hospitalaria.
Bicêtre - Antiguo hospital militar construido en 1634 en un suburbio a las afueras de París. Sirvió como orfanato, prisión, hospital y asilo de lunáticos. Famoso por ser el primero en introducir un tratamiento humano para los pacientes, a finales del s. XVIII.
Charenton - Fundado en 1645 al sudeste de París, ya como manicomio, en el siglo XIX destacó por sus tratamientos humanitarios. Aquí estuvo recluido el Marqués de Sade.
CementeriosLos cementerios de la ciudad fueron clausurados en 1786 por sus condiciones insalubres y los restos trasladados a nuevos camposantos a las afueras. De ellos el más importante era el de los Santos Inocentes, con el que se erigieron las catacumbas de París, aprovechando la antigua red de túneles de las minas de la ciudad.
Montmartre - Al norte de la ciudad, situado un poco por debajo del nivel de la calle al aprovecharse una vieja cantera. De estilo romántico y ambiente apacible.
Montparnasse - Al sur, en el antiguo terreno de unas granjas. Gran parte de la élite intelectual francesa está enterrada aquí.
