Número dieciséis de la colección Adult Fantasy (1969-1974) editada por Lin Carter para Ballantine Books (el logo del unicornio que aparece en la portada identifica la colección). La ilustración de portada es obra de George Barr.
Al hablar de la edad dorada de Weird Tales, nos referimos fundamentalmente a la década 1928-1939, cuando esta importante publicación americana, dedicada a lo maravilloso y a lo fantástico, alcanzó un nivel que nunca volvió a lograr, aunque la revista continuó hasta el número correspondiente a septiembre de 1954.
Durante aquella década, la publicación fue denominada principalmente por tres escritores fantásticos de inmenso talento cuya popularidad e influencia iba a acrecentarse continuamente con el paso de los años. Estos tres escritores eran, por supuesto, H. P. Lovecraft (1890-1937), Robert E. Howard (1906-1936) y Clark Ashton Smith (1893-1961). De estos tres hombres, igualmente bien dotados —y que eran todos buenos amigos y mantenían contacto epistolar, aunque no creo que llegasen a conocerse personalmente—, el único que todavía no es tan ampliamente conocido como su categoría artística se merece es Clark Ashton Smith.
—Lin Carter.
▲Volumen▼ | ▲Editorial▼ | ▲Año▼ | V | D |
---|---|---|---|---|
Zothique, el último continente (Español) | Valdemar | 2011 | 6.50 | 7 |
Zothique (Español) | EDAF | 1990 | 6.00 | 4 |
Página 1 |
La editorial Aurora Dorada ha anunciado que se ha hecho con los derechos exclusivos de Zothique en castellano y publicará en 2025 una edición "definitiva":
Esta cuidada edición en tapa dura incorpora nada más ni nada menos que 25 piezas literarias del universo de Zothique. Con prólogo de Sidney-Frier e introducción y epílogo de Ronald S. Hilger, esta edición definitiva de Zothique resulta obligatoria para cualquier devoto del nigromante de Auburn.
Entiendo por tanto que Valdemar no podrá reeditar su tomo de Zothique en Gótica.
Saludos,
Entro
De manera un poco forzada diré que el juego nuevo de Shadowlands, El rey del invierno, tiene un punto de Zothique, y más de uno de Averoigne, claro.
Página 1 |