La Biblioteca de los Mitos de Cthulhu

La novela comienza con la clásica historia de fantasmas en una mansión gótica, aunque dicha mansión se acaba de construir bajo los deseos del protagonista, un escritor de novelas de terror con gusto por lo macabro.

Luego, lentamente... muy lentamente, describiéndonos la casa con todas las comodidades y alimentada por un generador eléctrico de gasolina para su uso cotidiano, se deduce que la nueva construcción es una copia de otra que existió en el mismo lugar en el s. XIX, aunque no se explica muy bien cómo ha ocurrido todo esto, o yo no veo una explicación coherente* (lo explico al final del spoiler)

Transcurre más de un tercio de lectura a través de aburridas escenas poco originales de apariciones, sin causar espanto en el lector ni tensión en los personajes: silueta en la ventana, las puertas se cierran, voces en las habitaciones contiguas, golpes en la puerta...

A partir de la mitad del libro cambia el registro y nos bombardea con diarios y cartas que reiteran lo que ya ha contado antes y desvela el verdadero meollo de la historia a mitad de la novela. Aquí comenzamos con el Necronomicón: La antigua familia Usher (sí la misma que inspiró a Poe a escribir su relato) vivió en una mansión de idéntica apariencia en el mismo lugar. Su cabeza de familia usa el Libro de los Muertos para invocar a una criatura y Blablabla... Al final solo uno escapa antes de encerrar al monstruo en un cáliz cristiano, sí en un cáliz, pero de forma mágica, y prender fuego a la mansión.

También une a la comparsa a Poe, como ya he dicho, y hace referencia a muchas películas de terror. Por ejemplo, si te has leído "La casa infernal" de Matheson o muchas otras novelas de casas encantadas como "Otra vuelta de tuerca" de Henry James o "La maldición de Hill House" de Shirley Jackson te espantará la poca tensión y las reacciones incomprensibles de los personajes, además de reconocer de donde viene toda la inspiración del autor en la primera parte de la novela.

El final parece sacado de una película ochentera de escaso presupuesto y que nos resuelve con inexplicables soluciones y coincidencias increíbles para el lector la escasa complejidad de lo sucedido. Como la explicación de uno de los pilares de la trama, donde nos relata que debajo de la mansión construida recientemente hay un sepulcro antiquísimo (no, los obreros no se percataron o si lo hicieron pusieron una madera encima y ya está, para el que sepa algo de encofrados y cimientos mejor que omita esta parte de la obra) donde un fortuito cascote golpea y abre la prisión/cáliz del ente aberrante y cósmico (sí, es bastante casual, pero como han estado de obras en la superficie nadie se extraña del suceso). Como ya digo, poco original y todo metido con calzador.

*He aquí el punto más allá de lo increíble, llamémosle imposible, en que se apoya la estructura de la trama. Si el ente cautivo es quien manipula todas las incidencias que ocurren en la casa, por lo menos es el único que tiene poder para tales sucesos paranormales, y no se ve liberado de su prisión (sí, por un casual cascote) hasta que comienzan las obras de construcción ¿Quién le dicta al protagonista los planos de la nueva casa para que sean idénticos a la mansión destruida? Yo no lo sé, y sospecho que es un misterio que se resuelve con un "No le busques tres pies al gato".

No puedo añadir muchos elogios, solo que para tratarse de la primera novela de su autor no tiene muchas faltas de ortografía (quitando triadas de cacofonías y reiteraciones constantes) y eso es de elogiar debido a su autoedición

Lo que más me extrañó desde el punto de vista del horror cósmico que plantea, y fueron muchas las extrañezas al leer esta novela, fue que para exterminar a un ente maléfico de otro plano e invocado por uno de los textos del Necronomicón fuera necesario un objeto bendecido por un cura. Eso es lo que describe el Necronomicón, a pesar de que nadie supiera leerlo y que se guiaran los personajes más por las ilustraciones del grimorio que por la traducción de sus textos, era imprescindible que el objeto fuera bendecido cristianamente. Incluso en una de las escenas, el protagonista usa un crucifijo que lleva casualmente al cuello para exorcizar a su amigo poseído por el ente cósmico antes de que este lo estrangulara.

Al final de la historia, el protagonista viaja a España para la presentación de su libro (toda la trama anterior sucede en Boston) y allí es invitado a cenar por un joven noble. En su visita, y dejando una puerta abierta a una segunda parte o como nota de que persiste el peligro entre nosotros, el personaje se cuela por casualidad en la biblioteca del joven noble y descubre otra copia del Necronomicon. Hay que reconocer que el personaje principal tiene cierto magnetismo hacia la obra de Abdul Alhazred.