Club de lectura - Zothique

Pues a mi Xeethra me ha provocado sensaciones encontradas; por una parte la historia que se cuenta y la resolución me han gustado bastante; pero hasta que se le ha visto la sustancia han pasado páginas y páginas de descripciones de praderas idílicas y frutos rojo sangre. La primera mitad del cuento se me ha hecho un pelín pesada. Eso sí, es justo reconocer que C.A.S. escribía bien, en ocasiones parece que pinta con palabras.

A ver qué tal se porta con los nigromantes de Naat.

Es que Smith fue, ante todo, pintor y escultor. De hecho, a partir de finales de los años 30 dejó prácticamente de escribir.

A mí esas referencias nada veladas a la necrofilia (innecrofilia más bien) me sorprenden para la época, pero añaden una nota de degeneración muy apropiada.

Saludos,

Entro

Si podéis mezclar las combinaciones de colores que hace, traza composiciones de fantasía que se usan mucho en ilustraciones de fantasía.

No me extraña que Corben se empape de sus relatos, es fan de Poe, Lovecraft y de Howard.

Creo que lo más asombroso de este autor es que le hayan editado en la época... y mira que en las revistas Pulp se pasaban de eróticas y sangrientas, pero necrofilia y tanto final trágico... Eso sí, me parece genial.

Ayer terminé "La muerte de Ilalotha", que me sorprendió mucho también por el tema de la necrofília que comentáis, y por la poca necesidad que tiene este hombre de cerrar los relatos (que es una cualidad que me suele gustar mucho).

Pero tengo una pregunta metafísica: por lo que veo, en el universo de Zothique conviven la nigromancia con la reencarnación. Uno puede levantar a muertos, incluídos algunos muy antiguos (por ejemplo, en "El imperio de los nigromantes", aunque quizá con personalidades atenuadas) y, por otra parte, parece que una vez muerto, uno se reencarna (en el primer relato, el de "Xeethra", por ejemplo, el prota mismo).

¿Hay algún lugar donde se explique cómo se combinan esos dos pensamientos? He pensado varias formas, pero no tengo nada claro cómo encajan las ruedecillas de esos dos mecanismos. ¿Se reencarna sólo una parte de la personalidad de una persona? ¿El alma? ¿El muerto que se levanta animado por la magia no tiene más que una copia desvaída de los recuerdos del cuerpo, porque la parte importante (el alma, por llamarlo de alguna manera) se ha reencarnado? ¿Sería posible que se encontrase cara a cara un personaje reencarnado con el cuerpo animado nigrománticamente de su yo pasado? No sé si me explico.

No he tenido tiempo de buscar mucho por internet, pero quizá alguno de vosotros me pueda dar la pista definitiva.

Leído Xeethra creo que empezamos bien. Le he visto un aire a Dunsany más que a las Mil y Una Noches o a Howard. Howard buscaba que los nombres de sus tierras míticas nos recordaran nuestra Historia Antigua porque -en teoría- eran su origen. Dunsany y Clark Ashton Smith juegan a poner nombres imposibles. La historia sorprende porque no se intuye en ningún momento cómo la va a concluir aunque, es cierto, que el flautista negro huele a azufre.

Me ha recordado un relato de HPL situado en su época Dunsaniana sobre un tipo, un trovador, que va buscando su origen.

Confieso que no soporto a Dunsany y Clark Ashton Smith se hace más ameno aunque las similitudes son obvias.

A mí Xeethra me recuerda a leyendas populares de origen céltico sobre pasajes a otros mundos con jardines maravillosos y extraños personajes ¿ambiguamente? malvados.¿ Los frutos de esos extraños árboles serán como las manzanas de isla Tir na Nog o de las Hespérides que dan la inmortalidad... a un precio?

Descuida, Solomon, te lo dice un fan de Dunsany. Si te gusta Dunsany, háztelo mirar

Pues fíjate, yo me olía el percal desde que acepta el pacto.

A mí me parecen un símbolo de algo negativo, prohibido, por eso su aspecto tentador pero sanguinolento... parece una alusión al canibalismo. Es probable que se relacione con la venta de su alma.

¡Sí! A mi, el hecho de que todo se desate cuando el pastor come de los frutos me recordó mucho a esa prohibición que suele haber en muchas historias mitológicas de no consumir alimento alguno en el inframundo ya que, en caso de hacerlo, uno ya no puede abandonarlo.