Sascha Renninger  | Director |
Sinopsis: Nueva Inglaterra, a finales de la década de 1920. Randolph Carter y Joel Manton son dos amigos que disfrutan de una soleada tarde de otoño en un antiguo cementerio del siglo XVII. Surge una discusión sobre las historias de terror escritas por Carter. Entre todas ellas, hay una historia que provoca especialmente el sarcasmo de Manton. La que se centra en una criatura tan horrible que no puede ser nombrada o descrita: el Innombrable... Manton, como maestro de escuela y hombre de ciencia, no puede imaginar que algo pueda ser verdaderamente innombrable. Animado por la atmósfera del antiguo cementerio, Carter le cuenta a su amigo el origen de esa historia. Afirma que está basada en una leyenda local de hace más de 200 años. Una leyenda sobre un extraño anciano, del que se rumoreaba que tenía una terrible criatura encerrada en su ático. Manton escucha con creciente fascinación, mientras la oscuridad desciende sobre el cementerio. Y de repente también se convierten en parte de la leyenda... Semanas más tarde, los dos amigos se encuentran en el hospital de la ciudad. Mientras Manton trata desesperadamente de recordar lo que sucedió esa noche, nubes de tormenta se acumulan sobre el edificio...
Cortometraje basado en el relato The Unnamable (1923) de H.P. Lovecraft.
Estábamos sentados sobre una tumba ruinosa del siglo XVII una tarde de un día de otoño que ya llegaba a su fin en el viejo cementerio de Arkham, especulando sobre lo innominable. Mientras miraba el gigantesco sauce en el centro del recinto, cuyo tronco ha engullido casi por completo una antigua losa de inscripción ilegible, yo había hecho un comentario extravagante acerca del alimento espectral e inmencionable que las colosales raíces debían de estar succionando de aquella vetusta tierra sepulcral; entonces mi amigo me reprendió por pronunciar semejante tontería y adujo que, como allí no había tenido lugar ningún entierro en más de un siglo, era imposible que hubiera nada que nutriera al árbol aparte de lo estrictamente habitual. Además, añadió, mi constante palabrería en tomo a cosas «innominables» e «inmencionables» constituía un recurso tremendamente pueril, en absoluta consonancia con mi escaso prestigio como escritor.
*Best Short Lovecraft Adaptation 2011 H.P. Lovecraft Film Festival
