Óscar Díaz García | Traductor |
Frank Belknap Long | Escritor |
Apareció por vez primera en Crypt of Cthulhu, nº 23.
No debe pensarse que los poderes capaces del mayor de los males se nos presentan en la forma de familiares repelentes, y de otros demonios emparentados. No es así. Los pequeños demonios visibles no son más que los efluvios que han dejado a su paso esas enormes masas de destrucción; trozos de pellejo y jirones de maldad aún más tenues que se sujetan a los vivos como sanguijuelas en algún enorme leviatán del abismo que ha causado estragos en una centena de ciudades costeras antes de hundirse hacia su muerte con un millar de arpones arrojados estremeciéndose en su carne.
No puede haber muerte para los poderes superiores y los arpones lanzados inflingen, como mucho, heridas superficiales que se curan con celeridad. Lo he dicho antes y volveré a decirlo de nuevo hasta que mis hermanos acepten como veraz esta visión que recibí tardíamente: al enfrentarse a aquellos que ha existido y existirá por los siglos de los siglos, un maestro de la magia puede verse asaltado por los remordimientos y la desesperación si confunde una victoria provisional con otra permanente, a la que jamás podría aspirar.
—NECRONOMICÓN
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El Necronomicón | La Factoría de Ideas | 2002 |