Atravesar el portal es una experiencia totalmente distinta a todo lo que habéis vivido. Notáis cómo el cuerpo se retuerce y distorsiona, atravesando realidades mientras el portal os arrastra hacia su destino final: un lugar más allá de todo lo que pueda concebir la imaginación humana.
De pronto, se hace el silencio, y el caos del viaje da paso a una sensación de soledad y temor. Estáis en un lugar inenarrable, algo que se escapa por mucho a vuestra capacidad de raciocinio, y además completamente alienígena. El paisaje es surrealista y extraño, y la arquitectura, imposible. Estáis tan lejos de casa que ese concepto se ha convertido en un sueño que pende de un hilo y que apenas lográis recordar. Incluso si encontráis la forma de salir de este terrible lugar, puede que jamás volváis a ser los mismos.