ABERRACIONES es el nuevo libro de Nuevos Mitos de Cthulhu.
ABERRACIONES es una antología de seis relatos de Horror Cósmico, Terror y Ciencia Ficción englobados en el universo literario de NUEVOS MITOS DE CTHULHU, a su vez insertado en los MITOS DE CTHULHU creados por el maestro H. P. Lovecraft. Los relatos, escritos por Marc Barqué, han sido ilustrados por el pintor argentino Facundo Lema y ambos te arrastrarán hasta las profundidades más enloquecedoras del Horror más puro, salvaje y visceral.
El prólogo de Cristian Leonel (autor de Nuevo Terror Argentino) completa un volumen que constituye lo más sórdido y violento del género. Aciago lector, procede con cautela y bajo tu total responsabilidad. Pierde toda esperanza al abrir este libro.
Los relatos del libro son:
-Híbrido
-Rencor
-Resonador
-Faraón
-Tentáculos
-Monstruoso
Audiorrelato de "Rencor":
En YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=k7UtBqyNtMc
En iVoox: https://www.ivoox.com/rencor-audios-mp3_rf_155506634_1.html
Comprar libro: https://www.amazon.es/dp/B0FHFXB8YP
En mi opinión, hay mucho de nihilismo en la obra de Dostoievsky, aunque no soy un experto en el tema. En "Los Hermanos Karamazov" hay claramente una amoralidad en prácticamente todos los personajes y, si bien puede que el autor no viese el nihilismo como algo deseable (no lo conozco lo suficiente), a mí en lo que he leído de él me transmite la idea de un mundo amoral en el que nada tiene más importancia que la que cada uno le da. No he leído "Crimen y Castigo". Si como comentáis hay una apología de la redención, claramente en ese caso no se trata de una obra nihilista.
La dicotomía Bien-Mal sí está en la tragedia griega, sólo que en otros parámetros distintos a los que tiene la cultura cristiana o postcristiana. Por ejemplo, en "Antígona" vemos claramente que el Bien (evidentemente en aquella época no tenía un sentido moral como después del cristianismo) consiste en obedecer las leyes divinas. Como es obvio, no en todas las obras se presente esta dicotomía con una rigidez absoluta, y muchas veces hay matices, como pueden haberlos por supuesto en obras de grandes autores como Shakespeare.
Recalco que todo esto es según mi opinión y, por supuesto, puedo estar equivocado en varias cosas, así que agradezco todos los comentarios.
Hola Marc.
Buen artículo publicaste.
Yo sinceramente no me gusta usar la palabra literatura al hablar de Lovecraft, porque en su momento los pulp no eran literatura como tal...eran basura, tal cual los creepypastas hoy en día no serían considerados literatura.
Sugerencia: para la próxima puedes poner el enlace y decir que es un articulo que escribiste tú y brevemente de qué trata en lugar del wall-text.
Saludos.
¡Gracias, Rosenmaurer! Me alegro de que te haya gustado.
Me apunto la sugerencia para futuras aportaciones.
Hay muchos escritores que han dejado una profunda huella en la cultura popular. Algunos han penetrado en el imaginario debido a algunas obras concretas suyas, aunque normalmente su popularización ha sido efecto de adaptaciones cinematográficas de su obra más memorable (caso de Bram Stoker con Drácula o William Peter Blatty con El exorcista) y, en realidad, dichas adaptaciones son las que realmente han trascendido. Otros sí que han marcado la cultura popular por sus propios méritos y obras literarias, como es el caso de Tolkien, aunque incluso en este caso la adaptación cinematográfica de Peter Jackson tuvo una importancia fundamental en la popularidad actual de El Señor de los Anillos.
Muy diferente es el caso de H. P. Lovecraft, el fundador y principal creador de los Mitos de Cthulhu y del subgénero conocido como horror cósmico. Las obras de Lovecraft nunca han tenido una adaptación cinematográfica de éxito (de hecho, la mayoría de las que se han rodado hasta la fecha son de dudosa calidad) y, además, ni su nombre ni los títulos de sus principales obras (La llamada de Cthulhu, La sombra sobre Innsmouth o En las montañas de la locura) son especialmente conocidos fuera de ámbitos muy concretos como los mismos fanáticos de Lovecraft o el mundo del rol. Sin embargo, algunas de sus criaturas, sobre todo Cthulhu, y varios arquetipos de su obra (los tentáculos, las amenazas del Exterior, los seres de otras dimensiones, etc) sí tienen una enorme presencia en muchos ámbitos de la cultura popular: el cine de terror, los videojuegos, el rol, la música metal y la literatura siniestra. Sin embargo, su obra aún está lejos de tener el reconocimiento que merece, no sólo por su genio narrativo y su desbordante imaginación, sino por las potentes novedades que introdujo en la ficción de su época, que incluso hoy resultan revolucionarias.
Antes de analizar cuáles fueron estas novedades, no es baladí hacer una mención a los orígenes de su cosmovisión literaria, es decir, aquellos autores previos a él que lo influyeron y sin los cuales probablemente su obra no sería lo que es. Lovecraft tiene una extensa producción narrativa, pero podemos agrupar sus relatos y novelas cortas, grosso modo, en tres grupos.
En primer lugar, los cuentos de terror, que ya presentaban una novedad respecto a la ficción anterior: lo que da miedo no son los fantasmas o demonios, sino algo mundano. Su clara referencia para los cuentos de terror claramente es Edgar Allan Poe. Hay un relato que ilustra muy bien esto: El extraño, cuya ambientación, desarrollo y final lo hacen muy similar a La máscara de la muerte roja.
En segundo lugar, los relatos oníricos, principalmente los del ciclo de Randolph Carter. En estos relatos es imposible no ver la influencia directa del que de hecho fue uno de los autores favoritos del maestro de Providence: Lord Dunsany, cuya obra está plagada de elementos oníricos que influyeron poderosamente en Lovecraft para la creación de las Tierras del Sueño que recorrerá Randolph Carter.
Por último, los famosos mitos de Cthulhu, su creación más extensa, profunda y original, pero que sin embargo tiene sus fundamentos en otros autores. El principal, por confesión propia de Lovecraft (aunque es muy evidente de por sí) es Arthur Machen, con sus cuentos de terror en los que el elemento disruptor y atemorizante no es algo concreto, sino una presencia que tiene que ver con lo etéreo o incluso con lo antiguo. La novela corta El Terror es uno de los mayores ejemplos para comprender el influjo de Machen en la obra de Lovecraft. También puede rastrearse algo de “proto-horror cósmico” en algunos escritores pulp de la época, en cuyas historias se presentaban amenazas provenientes del espacio exterior o, simplemente, la complejidad del cosmos y sus infinitas posibilidades de vida inteligente absolutamente ajena y diferenciada de la humanidad como elemento central, así como la degradación y el horror escondidos en la oscuridad (H. G. Wells aportó elementos en esta dirección en La Guerra de los Mundos, con sus marcianos cuya tecnología es letal contra la humanidad; o los siniestros Morlocks de La Máquina del Tiempo)
No obstante, la obra de Lovecraft aportó unas novedades revolucionarias en la ficción narrativa de finales del XIX y principios del XX, análogas (y, de hecho, muy similares) a las que aportaron Albert Einstein a la física o Friedrich Nietzsche a la filosofía. Estas novedades se fundamentan en un concepto clave: el fin del antropocentrismo, es decir, el desplazamiento del ser humano como elemento configurador y centralizador de la cosmovisión literaria. Tradicionalmente, y de hecho esto se mantiene aún hoy en día, el ser humano es el centro de la ficción, y casi todo lo que sucede se trata bajo el prisma de un monotema: la lucha entre el Bien y el Mal. Cuando una historia se da en un contexto totalmente humano, los personajes se dividen entre buenos y malos, aunque en ocasiones con ricos matices. Pero siempre hay una moral detrás. Incluso en las obras de Dostoievski, altamente nihilistas, hay una denuncia de los vicios humanos, como la hipocresía. Por otro lado, cuando en la historia se presenta el enfrentamiento entre el humano y algo exógeno (sea de origen sobrenatural o extraterrestre), también se establece la dicotomía Bien-Mal (muchas veces metaforizada con la disyuntiva Luz-Oscuridad). Además, prácticamente siempre hay un final en el que, por el motivo que sea, o los humanos se salvan de algún modo, o el Bien triunfa sobre la maldad. Y aunque a veces el Mal triunfe, como en la ínclita novela gótica El monje, siempre queda el mensaje de que lo que ha pasado ha sido algo malo, que las fuerzas malévolas han vencido, por desgracia, a las fuerzas del Bien. Este esquema, de origen cristiano, que puede verse en todas las grandes obras de ficción, y en la inmensa mayoría del resto, es precisamente lo que Lovecraft dinamita con brutalidad.
En los mitos de Cthulhu, el ser humano no es importante en absoluto. Los personajes de Lovecraft son muy impersonales, apenas se construye su personalidad y su lore, y eso es así no porque Lovecraft no supiese crear buenos personajes, sino porque es un elemento central en su obra: cualquier personaje de Lovecraft pudiera ser perfectamente cualquier otro humano, cualquiera de nosotros. En la mitología lovecraftiana, el ser humano es una mota de polvo perdida y confundida en medio de un vastísimo cosmos, totalmente hostil a nosotros. Todas las criaturas que moran en el universo lovecraftiano son potencialmente nuestros verdugos. Unos, como Cthulhu, pueden destruir nuestra civilización de un plumazo, con sólo avanzar unos pasos y sin percatarse de que están causando una aniquilación absoluta. Otros, como Shub-Niggurath o Azathoth, nos atemorizan y hacen enloquecer con el mero conocimiento de su existencia. Incluso las razas menores, como los Profundos o los Mi-Go, son una seria amenaza para nuestra cordura o simplemente nuestra seguridad. Todos los seres lovecraftianos son o más inteligentes o más fuertes que nosotros, y todos suponen una terrible ominosidad para la vida humana. Sin embargo, ninguno de ellos, desde el pavoroso Azathoth (el núcleo caótico que destruye todo cuando hay en el cosmos) hasta el más pequeño y mestizo de los Profundos, es malo. Por ejemplo, Cthulhu no es un villano. Su despertar provocará el fin irremediable de toda la civilización humana, pero esto no será así porque Cthulhu nos odie o tenga interés en perjudicar a la humanidad. Simplemente, nuestra existencia y la suya no son coetáneamente compatibles. La sola visión del temible rostro de Cthulhu, alzado en sus varios kilómetros de altura, es desquiciante para cualquiera que lo vea. Un solo paso de Cthulhu puede arrasar un tercio de una gran metrópolis. Pero Cthulhu no es malvado, simplemente desarrolla su existencia, igual que los humanos desarrollamos la nuestra y, en el curso de nuestros quehaceres cotidianos, a veces sin darnos cuenta devastamos una comunidad entera de hormigas al pisar la entrada del hormiguero o nos tragamos insectos mientras caminamos bostezando. Los insectos podrían pensar, en caso de tener tal capacidad, que somos terroríficos monstruos titánicos que queremos devorarlos. Pero en realidad sólo estamos bostezando. De igual modo, en el universo lovecraftiano, el ser humano es sólo uno más de los organismos vivos que lo pueblan y en el que todo lo que está al margen del ámbito humano es una amenaza a la que no se puede hacer frente. Cabe recordar que algo de esto hay en La Guerra de los Mundos, mencionada más arriba, en la cual quien vence la amenaza alienígena no es precisamente la humanidad, la cual se salva por pura suerte.
Evidentemente, pese a la total aniquilación de la propia humanidad en la escala de importancia, la obra de Lovecraft habla, como no puede ser de otra forma, de la humanidad. Nos habla de nuestros miedos e inquietudes. Nos habla de la eterna curiosidad humana, de los límites del conocimiento racional, de nuestro lugar en el Ser y de nuestro miedo a la irrelevancia y al vacío (tanto existencial como moral).
Por lo tanto, el valor de la obra de Lovecraft va mucho más allá de su genialidad narrativa, sus acertadas novedades y su trascendencia cultural. Su valor también radica en que ahonda en las inquietudes atávicas de la humanidad.
Originalmente publicado en ZendaLibros:
https://www.zendalibros.com/lo-que-lovecraft-aporto-a-la-literatura/
Yo sinceramente y tratando de ser imparcial, me parece una chorrada que te hayan vetado por eso, ya que en tus relatos no reflejas ninguna postura política y el evento era de ficción. No sé como es el tema de la política allá en España, pero creo que derecha e izquierda siempre chocan de esa forma y más en estos tiempos. Siento que, sin embargo, si el evento era de ficción y demás estaba mal por parte de los organizadores vetarte solo por eso.
En efecto, el evento era de fantasía y ciencia ficción, concretamente orientado a la cultura friki, por lo que toda ideología política debería quedar al margen, sea cada cual de derecha o de izquierda. Pero este caso en cuestión fue especialmente estúpido, puesto que los organizadores no me vetaron por mi ideología (que no saben cuál es porque es algo que me guardo para mí), sino por hablarme con una persona que no les gusta (supuestamente por su ideología, aunque no saben realmente cuál es). Es decir, no es ya que pretendan que pienses como ellos, sino también que no te relaciones con personas que no piensan como ellos. Demencial.
Aquí en España todo el tema de la corrección política woke (por así llamarlo), ha estado muy en boga hasta más o menos 2021-2022. Desde entonces, la gente ya se está hartando mucho de este rollo hipersensible e inquisitorial, aunque aún está dando unos últimos coletazos.
Sí me gustaría puntualizar algo que dices: en efecto, me vetaron de un evento debido a que subí una foto con un libro de un autor que les cae mal a los organizadores.
Ahora siento curiosidad, ¿de qué autor/libro se trataba? ![]()
Saludos,
Entro
Cómo bien ha dicho Rosen, el autor con el que me relaciono y que no gustó a los organizadores del evento en cuestión es Roberto Vaquero. Concretamente, el libro con el que me hice la foto es uno que escribió de Historia (es doctorando en Historia) y que trata sobre el fascismo español. Lo gracioso es que los del evento dijeron tácticamente que era un libro a favor del fascismo, pese a que en ese libro hay duras críticas al mismo. En fin, una anécdota más sobre la tiranía de la corrección política que vivimos hoy en día, pero que por suerte ya está cayendo por su propio peso.
No te tengo ninguna manía, solo me molesta que hayas cambiado el lore de Robert Bloch e incluso de Robert E. Howard.
Por lo demás no me referiré despectivamente más a ti así acá, y disculpa si alguna vez lo sentiste así. Agradecería que tu hicieras lo mismo.
Siento haber malinterpretado tu tono. Si yo he sido despectivo, no ha sido mi intención y te pido disculpas también.
En cuanto a lo que comentas, no he cambiado el lore de nada: no conozco las historias sobre ningún loto negro que hubiesen escrito Howard y Bloch, de modo que no puedo cambiar lo que no conozco.
La secta que me inventé yo y llamé "la Hermandad del Loto Negro" surgió en mi segundo viaje a Bali, donde me imaginé una secta de raíz india que rindiese culto a un dios primordial (al que llamé "Ka'lundah"). Busqué algo culturalmente propio de Bali y el hinduismo en general para pasarlo por un filtro oscuro y la opción más obvia eran las flores de loto, así que imaginé que la secta cultivaba flores de loto de color negro para acrecentar la influencia de Ka'lundah en nuestro plano de la realidad.
Eso es lo que me inventé, y estoy seguro (aun sin haber leído los relatos de Bloch y Howard sobre lo que fuese que se inventaron acerca de lotos negros) que no debe parecerse en nada a lo que esos dos genios inventaron, más allá del elemento estético de los lotos negros.
Dicho esto, te invito a leer mi relato "El Horror de Bali" (o escuchar el audio relato), que ha recibido muy buenas críticas pese a mis escasas dotes literarias. Un saludo.
Vamos a tranquilizarnos, cada uno escribe lo que quiere y, si no gusta, pues no te lo lees. Yo prefiero que los mensajes sean más informativos que publicitarios, pero ese es otro tema.
pensé que había ocurrido una hecatombe cuando abrí el foro esta mañana y lo vi petado de tus mensajes
Irónico... ![]()
Saludos,
Entro
Lo comprendo. Reconozco que mis mensajes del otro día tengan un perfil demasiado publicitario y tal vez debería haber informado más y mejor. No obstante, en los links que di hay más información al respecto.
Agradezco la acogida general en el foro, pese a no haber sido del agrado de todos (algo normal e incluso hasta sano, pues es indicativo de pluralidad).
Un saludo.
¡Muy buenas!
Quisiera compartir con todos vosotros un directorio de relatos de Lovecraft que escribí tras mi segunda lectura de su obra narrativa completa.
Saludos a todos.
https://nuevosmitosdecthulhu.webador.es/directorio-lovecraft
Ahora tengo los riffs de esa grandiosa canción en la cabeza.