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Espectaculares aportes... Espectaculares...
Mis diversos yos y yoes aplauden sus astutos y sentidos desarrollos de la historia. Continúen haciéndolo si gustan, en tanto no caiga el telón de la fase de Aclaraciones.
Creo que vamos mereciendo una explicación
Coincido...
Yo creo que ha respondido a cada pregunta tirando una moneda al aire, así que...
Saludos,
Entro
Mientras haya tirado una moneda y no haya tirado a ese pobre hombre sin hijo... que da una pena el pobre.
¡¡Solución, ya!!
Estamos esperando las opiniones de lesser_evil, Esculapio0 y Entropía, que se comprometieron muy mucho a darla. Lo recuerdo perfectamente.
Mi opinión es que te lo estás inventando, ¿no te parece factible?
Saludos,
Entro
Oh, ha vuelto, mi teoría al garete...
Perdón, yo tenía la idea de recuperar viejas lecturas pero no he podido por líos, así que defenderé la opción de La Nave Blanca, que sí he podido leer (y qué cuentarro tan bonito). Aunque francamente, la tesis entrópica creo que tiene muchos números, ya que esto tiene todo el aspecto de ser algún experimento azetiano.
Dice HPL en ese cuento que el bueno de Basil es uno de una larga saga de fareros, con lo que es de esperar que él también tiene un hijo que prosigue la tradición familiar. Pero claro, tampoco es farero de verdad, seguramente en realidad es un oficinista o algo así, porque se supone que está soñando. En cuanto a lo de sus manos, imagino que en el momento de tomar la instantánea que da título a este hilo, Basil ya ha vuelto de su viaje, con lo que se podría imaginar que ese objeto translúcido es la bombilla fundida del faro. ¿Y qué hijo perdido? ¿Y porqué saltar? Quizás no lo ha perdido realmente sino que sabe que con su desafortunada decisión ha privado a su hijo del regalo del susurro del océano, lo cual para él casi como perderle. Y, quizás, sabiendo lo que se dice del Rey Dorieb de Cathuria, cree que sacrificándose logrará persuadirle para que redima a su hijo.
Y como en todo buen invento, me sobran un par de tornillos, pero ningún problema, los dejo aquí debajo de la alfombra.
Sea cual sea la respuesta final, aguardo impaciente la revelación final que nos dejará a todos sin cordura y babeando.
Salud
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