Cthulhu d100

Tillinghast es mi mejor amigo.

No me he atrevido con la de Los gusanos de la Tierra, a la que en breve pondré fecha.

La 7a va mejor para una aventura de tonto* el último

* O comida para el soggoth

Tillinghast es buen amigo mío, pero vamos, tampoco...

¿Y diferenciar los daños? Al estilo del viejo Mundo de Tinieblas, donde había daño contundente y daño letal, cada uno con sus penalizaciones y mecánicas de curación. Tendría que revisarlo, pero en su momento me parecía un buen sistema.

Por lo demás, voy a tratar de sacar tiempo para releer el manual con espíritu crítico, a ver si se me ocurre algo.

PD: Eso sí, el gato...

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Como ya nos enseñó GURPS, el daño es daño. No existe el daño no letal. Solo existe más y menos daño.

Pero gracias.

Amén

Permítanme pensar en "voz alta".

Entiendo que a modo de simplificación de que la salud viene representada por los puntos de vida de un ser (humano o no) la afirmación "el daño es daño" es válida, si bien la observación de Entwistle me parece pertinente.

Habida cuenta de que el cuerpo humano no reacciona ni se recupera igual a todos los tipos de lesiones ni enfermedades, ¿Cómo se calcula el daño de ciertas enfermedades en d100? Supongamos que un Guardián (especialmente cabrón) determina que una herida mal curada está provocando necrosis en un miembro y hay que amputarlo. Así pues el Pj, que ya se debe de encontrar a las puertas de la muerte por la sepsis, ¿No debería morir al recibir aún mas daño cuando le amputen el miembro en cuestión?

Comprendo que el espíritu de Cd100 es ser ágil y sencillo, y por lo tanto quizá esa regla no tenga cabida ahí, pero no veo tan descabellado el tema de diferenciar entre un daño letal (agravado decían en MdT) y uno no letal.

Puntualización: De hecho en MdT había tres tipos de daño. A los humanos aplicaba (bueno, sería más exacto decir que los humanos tenían capacidad para resistir y curar, así como para infligir) el contundente y el letal. El agravado era potestad exclusiva de los seres sobrenaturales.

Por lo demás, estoy de acuerdo con Whagan. Al final, cuando se intenta simular algo como esto que debatimos hay que llegar a un compromiso entre realismo y operatividad. Si nos ponemos finos, cualquier sensación táctil es daño (en el sentido de estimulación sensorial), aunque es indudable que arrimarse a una chimenea es más placentero (en invierno) que meterse dentro.