El libro, el ebook y la piratería

Creo que hay dos debates mezclados en uno:

• Por un lado está el acceso a material obtenido de forma i- o a-legal. Yo coincido en general con la visión que aporta: Muchas veces el material obtenido por medios paralelos es la puerta de entrada a la afición. Yo empecé en el rol con unas fotocopias cutres de Vampiro que se convirtieron, cuando mi economía de quinceañero me lo permitió, en el básico y el libro del clan Nosferatu comprados a tocateja. Sin esas fotocopias o mi afición no se hubiera desarrollado o hubiera tardado más en hacerlo. Otro tanto puedo aplicar a mi edición Canutillos del manual de Joc, en la época en la que La Llamada era inencontrable en español.

  Nada de eso me ha impedido convertirme en un consumidor fiel a mi material de referencia; de hecho, creo que tener ese material cutre ha sido un gran sustento en los cimientos de mi afición, hasta llegar al día de hoy donde atesoro las ediciones de lujo que sacan de cuando en cuando. Dicho esto, Escu, creo que es perfectamente lícito, como consumidor, poder decir si el modelo de una editorial (el de Edge, por ejemplo) nos parece más o menos acertado que el de otra (NSR, por cerrar el ejemplo paradigmático). ¿Le produce a NSR un perjuicio publicar el material digital al mismo tiempo y de forma independiente que el físico? Creo que no.

  Es más, volviendo a mis quince años, aquellas fotocopias tenían un coste relativamente significativo (imprimir y encuadernar 200 páginas del manual de Joc no fue gratis) que, si lo analizamos, no es muy distinto del coste de un manual pdf de los de NSR (los tuyos no valen, que hay bares en los que una cerveza es más cara). ¿Le motiva al consumidor quedarse en la pantalla (sin imprimir) con un pdf de buena calidad? Al consumidor de hace 15 ó 20 años igual no, pero hoy, inmersos en un mundo digital en el que muchísima gente ya pasa del papel, pues creo que sí que le motiva.

• El otro debate es equiparar ocio y cultura, lo que a mi modo de ver es una falacia como la copa de un pino, por un doble motivo: En primer lugar cualquier manifestación del ser humano que vaya más allá de satisfacer los instintos básicos de supervivencia es cultura. Tanta cultura hay en la tortilla líquida de El Bulli como en el huevo frito con patatas que me puedo comer un viernes al mediodía. La diferencia es que yo no me echo flores cuando me pongo a freir un huevo.

  En segundo lugar: Los productos de ocio intelectual o visual (libros, música o cine) son eso, ocio. Es el paso del tiempo el que les da un hueco en la Cultura, y a menudo de forma no intencionada. Dudo mucho, por ejemplo, que Lovecraft considerase sus relatos publicados en revistas de papel barato, que la gente leía en el desayuno o en el retrete, que ni por asomo eran objeto de estudios académicos tales como tesis doctorales, fuesen cultura. Para el eran su (precario) modo de vida; es ahora, después de un proceso de entre 50 y 80 años, cuando se valora la aportación significativa de HPL al desarrollo de la narrativa de terror en el siglo XX, a su evolución respecto al siglo anterior y a su impacto en el desarrollo de obras hoy en día; en definitiva, es ahora cuando podemos decir sin mucho temor a equivocarnos, que la narrativa de Lovecraft es Cultura.

¡Dejad de mirar lo que hago con el movil y mirad el vuestro, coño! >:-(

El deporte también puede ser cultura, ¿por qué no? (...)

Bajo ese prisma, nada sería cultura en sus otras acepciones de búsqueda del refinamiento y crecimiento personal o social, ya que todo lo sería.