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A la sombra del editor
Se lo dije, juro que se lo dije. Me insistía tanto con el título que terminé dejándoselo a su elección. Al fin y al cabo siempre he considerado que la historia que se cuenta en el libro es lo importante para mí, quedando el título relegado a un mero ardid publicitario. Por eso, terminé desentendiéndome de titular mi nueva obra, dejándole esa tarea a él; al fin y al cabo, como editor y responsable de una editorial de cierto éxito (éxito dentro de este género minoritario, debo especificar), el especialista en publicidad es él.
Debí sospecharlo; es imposible que uno esté al tanto de todas las novedades y movimientos que se hacen en el mundillo si no tiene fuentes, si no tiene recursos para investigar y recibir noticias. Hace tiempo, las depositarias de esa información eran las bibliotecas y las secciones de crítica literaria de los periódicos; hoy en día, son las páginas web y los foros de opinión. El problema es que una biblioteca es transparente, mientras que una web... A saber lo que hay detrás de una web.
Debí sospechar cuando pareció resolver el problema de un día para otro. Me imaginaba a mi editor trabajando a lo Don Drapper: sentado en su despacho, esperando a que la iluminación llegue, y recibiéndola al fin y al cabo como esa súbita y genial idea. Por eso no me extrañó del todo que pasara de estar enfrascado buscando alternativas y anotándolas en un cuaderno destartalado un día, y a la mañana del siguiente me llamara diciéndome, con la pompa y el regusto habitual, que ya lo tenía. El caso es que me lo dijo y me pareció bien; tenía gancho, y encajaba bien con el concepto. Le dí el visto bueno y me confirmó que lo añadiría a la maqueta y al arte de portada. Unos días después me confirmó que el libro estaba en imprenta y que en cuanto tuviera las pruebas me las enviaría.
Y nada más; no volví a saber nada de él. Intenté llamarlo un par de veces para consultarle detalles comerciales, pero no respondía; nadie sabía donde estaba y no había dejado ningún aviso de que hubiera tenido que atender asuntos imprevistos. Simplemente se esfumó.
Fue aun más extraño cuando, tres días después de su desaparición, recibí las pruebas editoriales. La sensación que me invadió fue extraña, si las fechas estaban bien, lo último que había hecho antes de desaparecer era enviarme ese paquete. Una profunda inquietud se apoderó de mí; le eché un vistazo al libro, que parecía, a simple vista, correcto. Para intentar distraerme lo abrí para buscar las inevitables erratas, pero lo que encontré fue algo totalmente insospechado. ¿Una errata en todas las páginas interiores? ¿Inlcuso en la portada? ¿Siempre al lado de la misma palabra?
Comprobé con estupor que siempre que se había escrito el título de mi obra, justo al lado, aparecían tres letras en una tipografía extraña y ramificada: LDN. Pasaba en todas partes: En la portada, en las hojas de guarda, en la página de derechos, y en todas las cabeceras de las páginas pares. Allí donde aparecía el título, esas tres letras le acompañaban.
Intrigado, abrí mi navegador y busqué las tres letras. Terminé llegando a un sitio web de la temática correspondiente, llamado leyenda.net. A primera vista parecía un foro de género más, pero rápidamente empecé a ver cosas raras; básicamente, cada vez que alguien se dirigía al webmaster, lo hacía con una reverencia y, por qué no decirlo, temor, notable. Palabras como "hacedor" eran frecuentes. Aun más delirante fue descubrir una especie de podcast atroz que perpetraban con una periodicidad carente de toda lógica; en la introducción de cada programa se referían al mencionado como si fuera un ser... de otra parte, de otro sitio.
Pensé que todo era el delirio de mentes demasiado frikis como para poder pertenecer al común socialmente aceptado de los seres humanos, pero entonces empezó lo peor. Cada vez que cerraba los ojos escuchaba esa voz, susurrando a mi oído la palabra leyenda. Cada vez que giraba la mirada veía a un extraño ser vestido únicamente con una túnica roja, con el rostro oculto. ¿Tenía rostro? No lo sé. Lo que puedo afirmar es que esas impresiones sensoriales cada vez se habían más insistentes, más insidiosas. No me dejaban un momento de respiro, se instalaron en cada segundo de mi percepción. Y me hicieron prisionero de mí mismo.
Ahora sé que es lo que le pasó a mi editor, y sé que es lo que me pasará a mí. Ya no sé si esto es un delirio o la realidad, no sé si estoy en vigilia o soñando; sé que ahora mismo mis días están contados. Esta mañana he comenzado a escuchar el eco de unos pasos, y cada vez están más cerca de mí.
Voy a hacer un último y desesperado intento: Voy a borrar todo rastro del título en las pruebas que recibí. No creo que sea suficiente, pero al menos, aunque demuestre que si alguna vez estuve cuerdo ya no lo estoy, es el último intento que se me ocurre para librarme de esto. El último y desesperado intento. Ya casi he terminado, casi. Me queda la última página, la borro, y cierro el libro. Le arranco las tapas y las arrojo al fregadero, donde les prendo fuego con un bote de alcohol etílico. Acto seguido, para ordenar un poco mis ideas, y mantener, en cierto modo, el contacto con la realidad (¿realidad?), comienzo a redactar este documento.
Y ahora es cuando me doy cuenta de que los pasos se han detenido. Su cadencia era tan constante que su ausencia se revela como la más estruendosa de las campanas. Alzo la vista, y veo ante mí esa túnica roja, con esa capucha sobre un no-rostro. Que lentamente, se abala...
Esta misiva fue encontrada en el despacho destrozado del escritor Dan Renuente Laffo, sobre un libro con las tapas arrancadas y con el título tachado en páginas interiores.
PD: ¡Vámonos a Lektu! 
Impresionante O_o 
Si no me he descontado, vamos por los 19 micros. Esto se reactiva 
Muy bueno, Ent 
. Sólo un detalle, me temo que los foros y las páginas web ya no son lo puntero, ahora mandan las redes sociales y las aplicaciones de mensajería 
.
En cuanto a lo de Lektu, igual alguna pequeña editorial que ya tenga presencia allí, como Cruciforme, se presta a subirnos el libro, ¿no? Total, va a ser gratuito y no creo que dañe mucho su fama. O sí 
.
Saludos,
Entro
Cruciforme ha entrado en hibernación, sorry. Apenas tengo tiempo para nada últimamente. En 2016 resucitaré (espero)
Muy bueno, Ent . Sólo un detalle, me temo que los foros y las páginas web ya no son lo puntero, ahora mandan las redes sociales y las aplicaciones de mensajería .
Me alegro de que te haya gustado Entro. Para la vieja guardia, de la que me considero parte, las redes sociales nunca tendrán ese cariz cálido y acogedor de una buena web. Ya si hablamos de esta en particular, olvídate.
no creo que dañe mucho su fama. O sí.
¿Lo dudas?
Ooh, nos han pisado el título 
Saludos,
Entro
Jo. Estoy por recopilar tuits de @desderyleh y apuntarme a la moda.
P.S.: Y forrarme, claro 
Lo que sería para forrarse sería recopilar todos los "a la gallega", "a la andaluza", "a la catalana", etc., y darles entidad propia, en plan Micromitos Provincianos de Ayer y Hoy.
18 microrrelatos y 8 participantes:
Iulius
Salino
Phlegm
Ramsey33
Entropía
Ligrix
Entwistle
Tekeli-li
Pues igual para abrir boca e ir practicando valdría la pena terminar este vol.II, que el hilo lleva más de año y medio...
yabadabadú!
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