De Vermis Mysteriis es un volumen de unas setecientas páginas escrito en 1542 por el hechicero belga Ludvig Prinn.
Ya tenía referencias del libro. Su autor era Ludvig Prinn, y había perecido en la hoguera inquisitorial, en Bruselas, cuando los juicios por brujería estaban en su apogeo. Había sido un personaje extraño, alquimista, nigromante y mago de gran reputación; alardeaba de haber alcanzado una edad milagrosa... se proclamaba el único superviviente de la novena cruzada, y exhibía como prueba ciertos documentos mohosos...el nombre de Ludving Prinn figuraba entre los caballeros servidores de Montserrat, pero los incrédulos lo seguían considerando como un chiflado y un impostor.
Ludving atribuía sus conocimientos de hechicería a los años en que había estado cautivo entre brujos y encantadores de Siria. Se sabe que pasó algún tiempo en Egipto, y entre los santones libios circulan ciertas leyendas que aluden a las hazañas del viejo adivino en Alejandría.
Pasó sus postreros días en las llanuras de Flandes, su tierra natal, habitando las ruinas de un sepulcro prerromano que se alzaba en un bosque cercano a Bruselas.
Apresado por los esbirros de la Inquisición...fue durante su prisión, mientras aguardaba la sentencia, cuando escribió ese texto morboso y horrible, De Vermis Mysteriis, conocido hoy por los Misterios del Gusano.
El primero de los dieciséis capítulos debate acerca de fantasmas, zombis y demás. En posteriores partes del libro se relatan sus supuestos viajes entre los sarracenos de Arabia, Egipto, Siria y Libia, y sus encuentros con "djinn" y "efreet". Abunda el material relativo a la invocación y vinculación de distintos "demonios". El último capítulo contiene la fórmula de una droga que permite viajar a través del espacio y del tiempo.