Sobre la honestidad de la crítica y otros menesteres

Al hilo de lo que se comentaba en el hilo de la novela Círculos, vengo aquí a dejar mis dos céntimos.

Según mi impresión parece cierto que hay dos varas de medir: Una para los productos de ocio cultural y otra para los demás. Yo soy de la opinión de que si decidimos (libremente) criticar o reseñar algo, y ese algo es (o nos parece) bueno, pues debemos comentar nuestra opinión sincera con los argumentos que encontremos convenientes. Claro está, esto también aplica a si algo es (o nos parece) malo. Esta especie de cobertura de terciopelo basada en el "el autor ha puesto tiempo, esfuerzo, cariño e ilusión y, por tanto, hay que moderar la opinión" me parece más perjudicial que beneficiosa; primero porque impide que se aprenda a gestionar adecuadamente la frustración (chico, si te ha salido un truño, pues qué le vamos a hacer; esfuérzate para que la cosa mejore) y segundo porque me parece un impedimento para que los autores consigan mejorar en la ejecución y depuración de sus obras. Otra cosa es la elección de las formas a la hora de hacer las críticas. Se puede ser justo sin ser sangrante, desde luego; es cuestión de moderación y mesura. Pero una opinión hay que darla (y aceptarla, si te expones a ella) como es.*^{Ver nota}.

Luego está el tema de que parece que hay pocas críticas negativas. Eso, en condiciones ideales, desde luego no sería malo (indicaría que tenemos una oferta amplia y de gran calidad); pero, en estos momentos, el tufillo a viciado se huele desde lejos. ¿Y de dónde viene este tufillo? Pues en cada caso tendrá un motivo distinto. Últimamente yo estoy desarrollando mi afición a los juegos de mea, y ahí se ve claramente que las editoriales regalan copias a diestro y siniestro y que, curiosamente, las reseñas negativas son, en determinados canales, inexistentes. Incluso se llega a ver (supongo que porque a determinados analistas les gustan los juegos pero, al fin y al cabo, no son actores) verdaderas maniobras de prestidigitación para decir que sí cuando claramente es no. En lo personal, me ha costado mucho filtrar medios que expongan un opinión sincera de las cosas de entre la maraña de miembros para los que todo es "una nueva obra maestra" o "un imprescindible".

En fin, dejo ya el tocho (con ánimo de montar un agradable debate sin hacer off-tópic). A ver qué os contáis.

*Nota: Es inevitable mencionar las críticas de Entro como ejemplo de sinceridad y buen gusto. Eso sí, menos en el caso de Acólitos, aunque supongo que dicho engendro se lo merece.

Por no repetirme, recuerdo una anécdota simpática. Yo seguía hace tiempo un blog de críticas de novela negra, porque tengo menos conocimiento en ese género y me venía bien alguien que me orientara. La reseñadora era bastante dura, incluso con autores españoles, y se agradecía la sinceridad.

Pues bueno, el blog se hizo moderadamente famoso, entró en los radares de las editoriales y a esta mujer la invitaron a un festival especializado (a la Semana Negra de Gijón, precisamente). La tuvieron a cuerpo de reina, conoció a los autores, etc.

A partir de ahí, las reseñas eran siempre gloriosas. No había mal libro y en especial los de aquí. Y estoy seguro de que ella seguía considerándose sincera, pero no es lo mismo criticar algo ajeno que a alguien que conoces y con el que te has tomado unas cervezas. El ser humano es así.

Saludos,

Entro

*Con Acólitos fui sincero, es un suplemento absurdo que no hay por dónde cogerlo.

Yo no tengo esta impresión.

Ya es más de una vez la que, en algunos medios, he escuchado (casi palabra por palabra) lo que he dicho ahí arriba, eso de "el autor ha puesto su cariño y bla bla bla"; y también eso que ha comentado Entro de "cuando los analistas conocen a los autores es más complicado porque bla bla bla".

Igual estoy equivocado, pero no he visto ninguna reacción así cuando se trata de analizar, por ejemplo, una tarjeta gráfica, una línea de ropa o, por darle variedad, la última versión del MATLAB.

Y yo aquí, en mi rinconcito de la península sin conocer a nadie ni ser invitado nunca a nada, que triste mi vida de bloguero...

Yo, por no repetirme también, solo suelto una reflexión: resulta que cuando una reseña es positiva no os la creéis porque ese tipo ha recibido el juego de la editorial y por lo tanto habla bien de él sin criterio, ¿y no os habéis parado a pensar que las reseñas negativas son de gente que ha pedido el juego a la editorial para reseñar y no han recibido respuesta o la han recibido negativa? Así por lo menos equilibramos la balanza...

Venga, hasta luego.

No me jodas, si te invitaron al Día de Lovecraft y te pagaban viaje y estancia, y dijiste que no .

A ver, es que no es un tema de reseñas positivas o negativas, a mí que al reseñador le haya gustado el libro o no me importa un bledo. Lo que quiero saber es cuáles son las virtudes y defectos del libro, para saber si me gustará a mí.

Saludos,

Entro

Ostras, es verdad, ¡ya no me acordaba! O sea que no es que no sea importante, es que soy un soso asocial de ...

Eso es lo que yo nunca he sabido hacer, es muy sencillo saber si una cosa te ha gustado o no pero muy difícil llegar a desentrañar el motivo, por lo menos en mi caso...

Ojo, yo no digo que si una crítica es positiva no me la crea. Digo que cuando determinados medios sólo tienen críticas positivas, sospecho. Lo mismo se aplicaría a una uniformidad en críticas negativas. Sin embargo, no me negarás que es mucho más raro encontrar análisis negativos "por pataletas" que análisis positivos "por untamiento" (entiéndase la expresión). Además sucede una cosa curiosa: Si alguien con mayor grado de impacialidad señala (que será o no de dudoso buen gusto, aunque se mantengan las formas y se argumente de forma coherente y lógica) que tal o cual medio probablemente ha emitido un juicio positivo por no perder el buen rollo con las editoriales, la otra parte se pone a la defensiva tras un escudo de acero valyrio, llegando incluso a la descalificación personal. Y una reacción así de desproporcionada no hace que, al menos yo, vea con buenos ojos al que la emite.

Por no decir que cocinar una crítica positiva es (o mejor dicho, me parece) más sencillo que cocinar una negativa.

El problema es que ese análisis de virtudes / defectos se vicia con todo esto que comentamos. Una amiga mía ha publicado un libro hace poco (de nada lúdico, es sobre nutrición emocional, sea lo que sea eso, que no voy a decir lo que me parece a mí que es). Nos pidió (a los amigos) que dejáramos comentarios favorables en Amazon. Así, sin necesidad de leerlo siquiera (imagino que al estilo de los comentarios sobre Círculos que hemos visto). Si una llamada así recibe un respaldo más o menos amplio, directamente estás engañando a los posibles compradores.

Yo es que ya lo he repetido tantas veces que me hago repetitivo, pero ya sabéis que yo hablo con conocimiento de causa, y en mi caso:

1) No suelo perder el tiempo reseñando algo que no me gusta, muchas veces lo acabo haciendo porque le he sacado fotos cuando lo he recibido y las tengo ahí, en el blog, esperando a escribir algo. En estos casos suelen ser reseñas muy neutrales, en plan "mirad, esto existe", pero nunca me ha gustado rajar públicamente y por coherencia conmigo mismo procuro no hacerlo, por lo menos en mi blog.

2) Las editoriales no me mandan cosas a diestro y siniestro, soy yo el que de vez en cuando le pide cosa a alguna editorial, la mayoría no contestan, otras me dicen que no, y alguna de vez en cuando me dice que si y me envía lo que le he pedido, habría que ser muy tonto para pedirle a una editorial un ejemplar para reseñar algo que no te guste, por lo tanto el 100 % de las cosas que he pedido a editoriales tienen críticas positivas no porque sea un vendido sino porque me he informado antes de pedir y se que lo que pido me gusta, sea porque soy un entusiasta sea porque contamos con el beneficio de que un alto porcentaje de lo que se publica aquí ya está publicado en inglés (y, en mi caso, un altísimo porcentaje de estos últimos los tengo en su edición original), por lo tanto habrá todo el engaño que queráis, pero me temo que en este nuestro vicio y ocio ese engaño es mucho menor de lo que os teméis.

Alguien que vende algo intenta engañar a los posibles compradores para vender más. Iba a decir que si esta frase no te cuadra acabas de salir de un largo periodo de hibernación, pero sería mentira, porque por mucho que llevaras hibernando allí de donde vinieras ya había vendedores engañando o intentando engañar a los consumidores, ¡es ley de vida! (y ojo, que ojalá no fuera así, pero me temo que es lo que hay y no va a mejorar precisamente con el paso del tiempo).

Yo no intento engañar a nadie, ¿de qué me sirve que alguien compre algo que he hecho si sé que no le va a gustar? Yo de ese dinero recibo una miseria y el lector me va a coger tirria, prefiero que espere a que saque algo más acorde con sus gustos y pruebe.

Pero vamos, lo mismo que te digo que puedo comprar tu opinión sobre el mundillo de los juegos de rol/mesa, te digo que en literatura te equivocas, hay un chanchulleo tremendo porque somos (son) muy pocos y todo el mundo tiene intereses creados.

Saludos,

Entro