Mensajes de Entwistle

Oigan, ¿y si le damos un empujón a esto? Pocas ocasiones más propicias vamos a tener.

La sala principal era un gran espacio diáfano. Paredes y suelo, sin rastro alguno de mobiliario o enseres. Diríase que todo el edificio se construyó a partir de una única pieza bruta de material, que fue cuidadosamente vaciada antes de pulir delicadamente las superficies interiores. Llamaba la atención el delicado pulido aplicado, tan minucioso que eliminó cualquier rastro de rugosidad, impureza o imperfección superficial.

Sin embargo, no estaba vacío. Del techo colgaban una miríada de conductos verticales, rectos. El conjunto formaba una matriz perfectamente ordenada en filas y columnas, que descendían hasta quedar a unos 2 metros del suelo. Cada conducto vertical era negro como la pez, y estaba rodeado de una especie de tejido transparente y quebradizo, que reflejaba la luz. Al final del conducto principal ese tejido se separaba en fibras que se incrustaban individualmente en una especie de semi-elipsoide hueco. El interior de este último elemento, visible desde abajo, estaba preñado de pequeños puntos luminosos.

Primera noticia. Por Sevilla lleva un par de días bastante nublado, así que si es algo de fuera de la atmósfera superficial no es probable que haya podido verse aquí.

Ayer me lo terminé de leer. La verdad es que me ha parecido un suplemento genial, preñado de buenas ideas y conciso en la explicación de las mismas.

Eso sí, con las aventuras tengo sentimientos encontrados. La segunda y la cuarta me han parecido muy buenas, pero la primera y la tercera me han dejado algo más frío. ¿Alguien las ha jugado?

Vamos Pedro, acelera por Dios.

Fundido a negro.

Es un tema complejo, principalmente porque no está claro qué es lo que hace que ante determinadas situaciones levantemos una barrera moral.

Hace un tiempo ví un vídeo donde se hablaba de un juego de mesa ambientado en al revolución francesa en el que había que maximizar los puntos enviando al personal en un orden determinado a la guillotina. Es un juego que está publicado y, según parece, consigue lo que se propone (i.e., divertir). Pero, ¿alguien se imagina el mismo juego cambiando guillotinas por cámaras de gas en Auschwitz?

Creo que mucha gente, como ha dicho Entropía (yo me meto en el mismo saco), no tiene claro dónde están sus límites, por lo que en realidad no saben cómo van a reaccionar ante un hipotético cuando se presente. Sin embargo, yo creo que los tiros van buscando los espejos que nos muestran en nuestra peor versión, y es que no me extrañaría que mucha gente que vea lo de RTVE y se ría con ello, en el mismo momento se sienta mal porque, ciertamente, la gente está muriendo al mismo tiempo que se ríen.

En un mundo ideal la postura racional de Brian sería la más razonable y lógica (y de hecho lo es), pero nadie es capaz de aventurar cuándo van a alzarse determinados sentimientos (piedad, culpa, rabia, rechazo) en su interior y, ante esa perspectiva, instintivamente deciden prevenir (vía autocensura).

A lo mejor es sólo cuestión de tiempo, pero ni siquiera eso está claro; la prueba de esto último son (vuelvo a los juegos de mesa), los juegos sobre los nazis. Quitando la carta blanca de los wargames, que por algún motivo van por otro lado (tal vez porque los wargamers son más lógicos que pasionales, al menos en lo que respecta a su afición). A día de hoy, 80 años después de la 2GM, hay determinados temas del conflicto que siguen siendo espinosos, aunque tal vez sea sólo cuestión de tiempo.

Termino con una reflexión al hilo de esto último: Hace poco hemos visto un juego como Orquesta Negra en el que los jugadores encarnan a un grupo de nazis buenos conspiradores con el objetivo de matar a Hitler lo antes posible. El juego tuvo cierta polémica (tampoco mucha, nadie hizo un drama) no porque se encarnase a una banda de asesinos (al fin y al cabo el objetivo es matar al malo), sino porque hay una especie de tabla de puntuación que te dice, en función de en qué año mates a Hitler, cuántas vidas has salvado, y es que equiparar vidas a puntos de victoria se consideró poco elegante.

En lo personal, he leído no pocas tesis de hace 20 años que incluían en la portada algo parecido a Tesis sobre TÍTULO realizada por FULANO DE TAL para optar al Grado de Doctor en Ingeniería. Supongo que lo de los grados ha existido desde siempre, pero es después de haberse bolonizado cuando han calado en el imaginario común.

Mira, eso lo había olvidado (supongo que de forma selectiva). Igual el hombre se lió con postdoc vs cum laude.

Toda la razón; la historia me gustó mucho, pero a veces se hacía complicado seguir el hilo. De hecho es algo que últimamente me pasa mucho con las narrativas no lineales (aviso, se viene un poco de off-tópic); mi mujer se ha enganchado a una serie titulada Cómo defender a un asesino, pero yo tuve que dejarla a los pocos capítulos porque con tanto flashback, flashforward y flash-antipresente no conseguía armar la estructura de la historia.

Nada que no puedan arreglar unas buenas magdalenas.

Cuando se introdujo en aquel pasaje el sentido de la vista dejó de serle útil, pues de tal nivel era la oscuridad a su alrededor. Se trataba de una negrura profunda, inabarcable y asfixiante, a la que no se le intuía el final. Comenzó por centrarse en el sentido del oído: Un goteo lejano y cadencioso resultó ser un faro eficaz. El sentido del tiempo se fue con la vista, así que no sabría decir cuánto tiempo pasó hasta que aquel nauseabundo y desquiciante aroma inundó su olfato e incluso su gusto. Un instante después percibió, ante sí, una miríada de puntos luminosos. Le miraban.

Nada que ver con la baia que has mencionado. El relato sabe mantener el interés y la intriga y en su primera mitad construye un ambiente muy sugerente y una buena sensación de misterio. Además me ganó por el formalismo: Está escrita de forma epistolar.