Mensajes de Entwistle

Acabo de comprobarlo y no tiene esa promoción. De todos modos está a 3 €.

Bajo nuestros pies.

Como ya dije en el otro hilo, yo ya la leí hace un tiempo; en cualquier caso, vuestros comentarios me vendrán bien para refrescar la historia.

A ver qué os parece, a mí me gustó bastante (más en su primera mitad que en la segunda).

Esta es dura.

Sí que lo está. De hecho, si mal no recuerdo, te sale gratis en Kindle Unlimited.

Si os ponéis con Bajo nuestros pies yo puedo empezar con La codicia del pescador.

Lo que pasa es que Escu ha dado un golpe de estado con sus ejercicios de escritura.

Una ráfaga de tiempo antes de abrir los ojos ya era consciente de estar despierto. Se incorpora lenta y perezosamente, como si se moviese a cámara lenta. Una vez queda recostado sobre el respaldo de la cama comprueba que ha vuelto a dormir en el lado derecho de la cama. Cierra los ojos y una tímida lágrima se desliza por su mejilla como un canto rodado arrastrado por la corriente de un río. Instintivamente coloca su mano izquierda en el frío vacío que ocupa el resto del espacio del colchón. Suspira, entrecortadamente, y se levanta al tiempo que niega con la cabeza. Camina por el pasillo a oscuras hacia el baño, donde se asea a oscuras y en silencio. Silencio. Los gritos del silencio ocupan todas las estancias de la casa, pero los siente en sus oídos como el tronar de una tormenta. Se dirige a la cocina dispuesto a preparar el desayuno; a mitad de la tarea se da cuenta de que, como siempre, ha preparado demasiado café y ha cortado dos rebanadas de pan. Es entonces cuando, como todos los días, rompe a llorar.

Míralo, ahí plantado con su impecable corrección. Nunca se sale del guión, el formalismo burocrático impregna todos los aspectos de su vida. Cada vez que habla se reviste de una pantomima de autoridad con la que corona cada frase que pronuncia, tornándola en sentencia firme e implacable. Sus ademanes elegantes, sus gestos tenaces, el tono imperativo y condescendiente de su voz… Todo ello contribuye a crear un halo de distancia que parece destinado a gritarle «soy mejor que tú» a la cara a cualquier otro ser humano. Y ese halo, como no podría ser de otra manera, genera rechazo. Resulta difícil contemplar ese impecable nudo Windsor, en teoría reservado para las grandes ocasiones pero que él ha convertido en habitual, sin imaginarlo dibujando una soga que le frena en seco tras una breve caída. Qué satisfactorio sería ver ese traje gris marengo sin una arruga, perfectamente ajustado a su cuerpo de modo que no cabe ni un alfiler entre la piel y el tejido, cubierto de la mugre, el polvo, la humedad y el bioma de la fosa de un cementerio.

La inspiración me ha venido a raíz de que hace poco he descubierto un grupo sueco de heavy-rock llamado Sabaton que se dedica a contar en sus canciones diferentes batallas históricas. Una de ellas está dedicada a la defensa de la Guardia Suiza ante San Pedro cuando el saqueo de Roma.

Dejo aquí el enlace por si gustáis: The last stand

¡Premio para el caballero!

Nuestra vida no es más que una herramienta que ahora se nos reclama. Formado en línea con mis compañeros, enhiestas las alabardas sobre la escalinata. El color del uniforme contrasta con el ánimo de nuestro corazón; mas no sentimos tristeza, ya que hacemos lo correcto. La horda mercenaria avanza, cual jauría de alimañas. Doscientos resistimos ante miles, pero no flaquearemos. Un pequeño grupo se retira para guiarlo por el pasaje. Tal vez se salven; al resto no nos queda sino dar la vida. En el nombre de Dios.