El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda (llamado a partir de 1927 "de Gran Bretaña y el Norte de Irlanda", aunque Irlanda era de facto independiente desde 1922) vivió durante el siglo XIX un ingente proceso de industrialización que lo situó a la cabeza de las naciones modernas, y que vino acompañado de estabilidad económica y política, favorecidas ambas por la expansión del Imperio Británico por Asia y África (no sin dificultades, por ejemplo la criticada guerra de los boers en Sudáfrica, de 1899 a 1902).
A diferencia del resto de Europa, Gran Bretaña (por ser un país anglosajón) sí ha estado muy presente tanto en la bibliografía de los Mitos (en especial en las obras de los británicos Brian Lumley y Ramsey Campbell) como en los juegos de rol, con suplementos específicos como la Guía de Londres, El bosque de los mil retoños (Ramsey Campbell’s Goatswood) o Green and Pleasant Land o más recientemente, los dos tomos de Cthulhu Britannica y monográficos como Kingdom of the Blind, amén de gran cantidad de escenarios sueltos y capítulos de campañas.
En consecuencia, en la isla hay presencia documentada de chthonians, hombres serpiente (sobre todo en Escocia) y colonias de profundos cerca de las costas de Cornualles. En particular, el valle del Severn (situado en el suroeste de Inglaterra) parece especialmente afin a los Mitos y se dice que primgienio Glaaki mora en algún lago de la región.
Aunque el Reino Unido fue el gran vencedor de la Primera Guerra Mundial, el conflicto torpedeó el optimismo hasta entonces reinante respecto al futuro del país. El ejército británico (el único que hasta la fecha seguía siendo voluntario) había tenido que recurrir por vez primera al reclutamiento, ante casi los novecientos mil soldados caídos en el frente, y los submarinos alemanes estuvieron a punto de poner en jaque a la todopoderosa flota británica. Gran Bretaña empleó durante la guerra, por cierto, novedosos sistemas de desinformación y publicidad negativa sobre el enemigo, que posteriormente serían perfeccionados por la Alemania nazi.
Esta curiosa isla conservaba todavía en esta época restos de sus primitivas cultura y lengua celtas (según la leyenda, fue gobernada por dioses del mar) y su simbolo nacional, el trisquel, coincide curiosamente con el signo de Eibon. Aunque estaba gobernada por la corona británica, no formaba parte del Reino Unido. En los años 20 se retomó y modernizó la prestigiosa carrera de motos Manx TT, una excelente excusa para que los personajes visiten la isla.
Tras la firma de la paz, se alcanzó el objetivo largamente ansiado de unir, bajo la bandera británica, un territorio africano que fuera de El Cairo a Ciudad del Cabo. Pero ya empezaba a quedar claro que el imperio estaba demasiado "estirado" para sus recursos y que difícilmente se podrían mantener durante mucho más tiempo todas sus posesiones. El primer golpe fue la independencia de Irlanda (para evitar la pérdida adicional del Úlster se promovieron allí políticas que torpedeaban las posibilidades de los católicos), pero ya en 1920 se asfixiaron conatos de rebelión en la India, de los que nació el movimiento de no-copperación de Gandhi, y se tuvo que reconocer la independencia (aunque bajo tutela británica) de Egipto en 1922.
La economía británica de los años 20 no pasó de mediocre, y los ingresos dependían en gran medida de las exportaciones a las colonias. En consecuencia, hubo que reducir el presupuesto de defensa para equilibrar las cuentas del estado. Esto no hizo sino confirmar lo que ya se sabía, que tanto Japón como los Estados Unidos tenían mejor flota militar. Internamente hubo diversas huelgas (una general en 1926) y una crisis importante de los astilleros, el carbón y la industria textil, antiguos pilares de la economía. Las barreras sociales perduraban, pero se habían debilitado mucho en comparación con la era victoriana.
Stonehenge es, sin duda, el monumento megalítico más famoso de Europa (y ha sido descrito varias veces en La Llamada de Cthulhu, como en el reciente Madness in London Town o en el antiguo suplemento italiano L'Atlante di Lovecraft), pero también hay ejemplos de construcciones neolíticas en Portugal, España, Francia, Holanda, Alemania, etc. En Irlanda y Gran Bretaña, varios de estos monumentos adoptan la forma de círculos de piedras.
Puesto que se ha debatido durante largo tiempo el verdadero cometido de los megalitos, el Guardián lo tiene fácil para adaptarlos a sus necesidades: desde calendarios para conocer cuándo las estrellas estarán en posición a lugares de adoración a los dioses de los Mitos y de sacrificios en su honor.
Se podría decir que Londres era la capital del mundo: la ciudad más populosa de los años 20 (más de siete millones en el área urbana, cinco en la zona central, cantidades sólo comparables a Nueva York), y uno de los principales centros financieros del planeta, con una economía en crecimiento durante la mayor parte de la década. Sin embargo, existían grandes bolsas de pobreza, sobre todo alrededor del centro (los ricos vivían en la periferia y trabajaban en la City). Londres acogía también a una importante comunidad inmigrante, procedente sobre todo de los dominios británicos (Irlanda y la India, principalmente). Las afueras experimentaron un veloz crecimiento urbano durante los años 20, facilitado por las mejoras en comunicaciones: tranvías, carreteras radiales y red de cercanías.
Aunque el frente de batalla de la Gran Guerra quedó lejos de Gran Bretaña, Londres sufrió bombardeos realizados tanto desde dirigibles como de aviones entre 1916 y 1918, que provocaron la muerte de unas seiscientas personas y causaron gran terror. Tras la guerra, el carácter conservador del viejo Londres fue cambiando poco a poco, y se hizo famosa la vida nocturna del West End, con sus nightclubs y sus cócteles. En el centro se abieron nuevas oficinas y en los alrededores modernas fábricas. Fue también clave para el desarrollo económico de la ciudad la ampliación de los muelles del Támesis, para permitir el acceso de barcos de mayor calado (incluso transatlánticos).
Los lagos escoceses destacan por su profundidad e irregularidad, por lo que poseen una gran masa de agua dulce pese a no ser demasiado extensos. El Loch Ness, además de ser de los más grandes, es también famoso por el supuesto monstruo que habita sus aguas. Dentro de los Mitos, lo más probable es que este ser (o seres) guarde relación con los lloigor, al menos según módulos como El misterio de Loch Feinn. No obstante, hay que recordar que la leyenda moderna de Nessie no nació hasta 1933, por lo que los investigadores de los años 20 que paseen cerca del lago no deberían esperar encontrarse nada por el estilo.
La capital escocesa había perdido durante el siglo XIX su posición dominante en la región (que cedió a Glasgow, con más de un millón de habitantes en 1920), al no tranformarse, como otras, en una ciudad industrial. Seguía siendo, por tanto, un centro de la banca, la abogacía y los servicios, orgulloso de su prestigio cultural y que se avergonzaba de sus barrios bajos, que comenzaron a ser demolidos por esta época.
En 1920 se incorporó al municipio de Edimburgo el cercano puerto de Leith, no sin cierto resentimiento por parte de sus habitantes. La población alcanzaba entonces las 400.000 personas, una cantidad similar a la actual pero con una alta densidad urbana. Al estar ya totalmente ocupadas tanto la Old Town, con su castillo y su trazado medieval, como la elegante New Town al norte, diseñada según los planes racionalistas del siglo XVIII, la población rica comenzó a desplazarse al sur, donde vivía en modernas casas con jardín. En los años 30 se crearon nuevos museos y edificios públicos que revitalizaron el ambiente cultural de la ciudad.
Las posesiones ultramarinas británicas dan mucho juego (y de hecho se han aprovechado en gran cantidad de escenarios y campañas, desde Egipto a Shanghái). Tanto, que los ciudadanos con pasaporte británico pueden tener una ventaja considerable en las campañas globales: embajadas y consulados, aduanas, poder tratar con el gobierno local en su propio idioma… Facilidades que posiblemente se tornen en dificultades para ciudadanos de países enfrentados a Inglaterra, como Alemania o los estados soviéticos.
Para compensarlo (si es que se necesita compensación), el Guardián puede dar alguna pequeña ventaja a los nativos de otros países, como por ejemplo la habilidad de idioma inglés "gratis" en términos de juego, puesto que es ya una lengua internacional, o aplicar a los anglosajones cierta "prepotencia colonial" que perjudique sus tiradas sociales con los nativos.
En los años 20, el único imperio digno de tal nombre es el británico. Tras la guerra, poseía buena parte de África de norte a sur: Egipto, Sudán, Kenya, Tanganica (anteriormente alemana), Rhodesia y Sudáfrica, además de Nigeria y Togo, también antigua colonia alemana. Controlaba el tránsito en el Mediterráneo, de Gibraltar al canal de Suez, y administraba los mandatos de la Liga de Naciones sobre diversas antiguas provincias del Imperio Otomano: Palestina (donde se fomentó el asentamiento de judíos), Iraq y el sur de la Península Arábiga. Inglaterra también conservaba, por supuesto, sus posesiones en la India y algunas en la costa asiática, el Pacífico y América. A comienzos de la década tanto Irlanda como Canadá y Australia formaban todavía parte del imperio, pero pronto comenzaron a tratar de obtener autonomía de la metrópoli (o la independencia completa en el caso irlandés), y los movimientos nacionalistas ganaban peso en todo el mundo. Como la hegemonía británica dependía de la supervivencia de su imperio, se intentó conservar al menos posiciones estratégicas que salvaguardaran los intereses nacionales, cuando no era posible mantener el control total del territorio.
El género del steampunk mezcla, con una estética muy atrayente, elementos de ciencia ficción y rasgos victorianos (vehículos voladores a vapor, aparatos enormes llenos de válvulas, etc.). Aunque su conjugación con el género de los Mitos se ha plasmado hace poco en el monográfico Queensguard, se trata de un campo aún inexplorado (ha habido, eso sí, unos cuantos intentos extraoficiales de jugar partidas de este tipo, e incluso novelas como la saga Shadows of the Apt que podrían englobarse en él). Dicho sea de paso, el viejo suplemento de GURPS Cthulhupunk no tiene nada que ver con el steampunk.
En este estilo de partidas puede ser difícil para el Guardián mantener el auténtico estilo de condenación cthulhoidea, frente al espíritu francamente positivista victoriano que permea el steampunk. Se puede optar por primar la estética, y dejar de lado la temática de fondo de los Mitos, o añadir elementos siniestros y pesimistas al más puro estilo Grim Victoriana.
Aunque este documento se centre en los años 20, la era victoriana (aproximadamente de 1837 a 1901, el reinado de la monarca que le da nombre) ofrece multitud de alicientes para las partidas, como se detalla en el clásico suplemento Cthulhu by Gaslight. De la realidad y la ficción de la era tomamos personajes como Jack el Destripador, el Dr. Jeckyll o Sherlock Holmes (que según diversas fuentes aún vivía en los años 20 y que, en novelas como las de Rodolfo Martínez o Sombras sobre Baker Street, se enfrentó a los Mitos en diversas ocasiones), por no mencionar la influencia en el terror y la ciencia ficción de autores victorianos como Bram Stoker, H.G. Wells o Julio Verne. Socialmente, las diferencias de clases o la revolución industrial llevada hasta sus últimas consecuencias ofrecen interesantes posibilidades para aventuras complejas. Dada la proximidad temporal con los años 20, no debería ser complicado trasladar las consecuencias de lo ocurrido en el pasado hasta el siglo XX y crear así una campaña en varias épocas.
Obviamente, un club para investigadores de los Mitos (ya sea como objetivo declarado del mismo, o bien como rama secreta del mismo) puede resultar útil para dar sabor e incluso realismo a las partidas. Los Guardianes se pueden basar para ello en clubes históricos como el Savage Club o el Ghost Club (hay muchos más descritos en La guía de Londres). El ficticio Club Diógenes, creado por Conan Doyle y usado por diversos autores posteriores, sirve de tapadera para el espionaje británico y sin duda allí se puede conseguir información muy útil. Diversos clubes tenían una logia masónica asociada, lo que puede servir también para ocultar actividades mucho más siniestras al estilo de la Orden del Crepúsculo de Plata.
Una de las características más típicas de la vida inglesa y en especial la londinense (siempre que uno sea de clase alta, por supuesto) son los clubes de caballeros. Los primeros clubes surgieron a comienzos del siglo XVIII, pero este tipo de sociedades alcanzó su momento de mayor esplendor hacia la década de 1880. También por esta época nacieron los clubes para mujeres, como el Ladies' Athenæum, y en las colonias británicas (por ejemplo en la India y Sudáfrica) se fundaron clubes a imitación de los londinenses.
En esos tiempos, todo hombre que se preciara (esto es, que se considerara un caballero) debía tener su club, donde centraba sus relaciones sociales, hacía contactos y a menudo incluso vivía allí hasta conseguir una casa propia en Londres. Normalmente se desalentaban las relaciones con personas ajenas al club, que sólo podían permanecer en una sala del mismo especialmente destinada a ello.
En los años 20 la fiebre por los clubes ha remitido hasta cierto punto (y se han relajado un tanto las normas de admisión), pero nunca está de más estar bien situado entre la alta sociedad. Quién sabe qué favores pueden obtenerse de esas compañías.
Hotel Savoy - Londres. El más famoso hotel londinense abrió sus puertas en 1889 en el solar del antiguo palacete de los Saboya. Queda cerca del Palacio de Buckingham y la Abadía de Westminster, y en los años 20 tocaban en sus salones las mejores bandas de baile.
Hotel Carlton - Londres. El Carlton original, inaugurado en 1899 en la plaza Waterloo, pronto fue famoso por la calidad de su cocina. En esta época era frecuentado por Winston Churchill.
Claridge's - Londres. El antiguo Mivart fue reconstruido en 1898 y dio paso al moderno y lujoso Claridge's, en el barrio de Mayfair. Aquí se han alojado numerosos miembros de la realeza, en especial a partir de la Gran Guerra. En los años 20 fue ampliado.
North British Hotel - Edimburgo. Inaugurado en 1902, está situado en el centro de la ciudad, en un extremo de Princess Street. Es famosa su torre del reloj, que va dos minutos adelantado para que los viajeros no pierdan el tren de la cercana estación de Waverley.
BibliotecasBiblioteca Bodleiana - Oxford. La principal biblioteca de la Universidad de Oxford viene funcionando desde 1602. Por lo general no se pueden sacar libros de sus instalaciones, y en los años 20 estaba a rebosar de fondos por clasificar.
Biblioteca Chetham - Manchester. Fundada en 1653, funciona de forma gratuita como una organización caritativa y es la biblioteca pública más antigua de Inglaterra. Posee una gran colección de volúmenes de los siglos XVI y XVII.
Museos y universidadesMuseo Británico - Londres. Fundado en 1753, es uno de los mayores museos del mundo y posee fondos griegos, romanos, egipcios (como la famosa Piedra Roseta), etc. Desde el siglo XIX patrocina expediciones arqueológicas. Posee además la mayor biblioteca del Reino Unido, cuyos fondos son accesibles desde la famosa reading room y en la que se encuentran copias del Necronomicón y del Vermis Mysteriis.
Royal Society - Londres. La Real Sociedad Londinense para el Avance de la Ciencia Natural, fundada en 1660 y siempre bajo el patronazgo de la corona, tiene su sede en Picadilly. Patrocina investigaciones científicas y actos de divulgación científica.
Museo de Historia Natural - Londres. Técnicamente parte del Museo Británico, en 1864 se trasladó a un edificio independiente. Posee importantes colecciones históricas (como la que perteneció a Darwin) de botánica, paleontología, mineralogía y zoología.
ManicomiosHospital Real de Bethlem - Londres. Posiblemente el manicomio más famoso del mundo, el viejo Bedlam (descrito ampliamente en Estigma de Locura) fue el epítome de la típica "casa de locos" de tratamiento cruel. En esta época (hasta 1930) estaba situado en Southwark y contaba con una importante biblioteca.
CementeriosLos "Siete Magníficos" son siete cementerios situados alrededor de Londres y abiertos entre 1830 y 1840: Abney Park (aconfesional, con un arboreto), Brompton (para pobres, pronto estuvo medio abandonado), Kensal Green, West Norwood (de ricos mausoleos), Highgate (de estilo gótico) y Nunhead (el menos cuidado, la novela The Woman Between the Worlds asegura que hay un extraterrestre allí enterrado).
Greyfriars Kirkyard - Edimburgo. Usado desde el siglo XVII y de carácter presbiteriano, es conocido por estar supuestamente encantado y porque en el s.XIX se robaban de él cuerpos frescos para el Colegio Médico de Edimburgo.
Página 1 |
Entro, no olvidemos, para futuras ampliaciones de Error en tag [LINK]: URL externa., mencionar (cuando se publique) el suplemento Shadows Over Scotland... que acabas de comentar en el artículo de hoy
Estoy deseando ver a Nessy en acción, a ver qué se comenta...
Saludetes,
Misne
Página 1 |