Datos físicos:
La Luna tiene 3476 kilómetros de diámetro y una gravedad en la superficie de un sexto de la terrestre. Aunque esto significa que los objetos sólo pesan una sexta parte que en la Tierra, no implica que la gente pueda cargar con seis veces más peso, puesto que los objetos siguen siendo tan voluminosos e incómodos como en cualquier parte. Las personas (y otros seres) pueden moverse rápidamente en la luna mediante grandes saltos, pero eso puede resultar peligroso y no es muy recomendable, no porque sea probable que el individuo acabe flotando en el espacio, sino porque una mala caída puede causarle lesiones o dañar su traje.
La Luna, como es bien sabido, es extremadamente hostil para la vida. La temperatura diurna en la superficie del ecuador es de 127ºC, y la nocturna de -173ºC, por lo que se trata de un medio ambiente extremo. Además, la Luna carece de atmósfera. Estos factores supondrán una muerte muy rápida para cualquier ser humano inadecuadamente protegido. En cualquier biblioteca podrás encontrar más información y mapas detallados de la superficie lunar.
Condiciones actuales:
En la superficie de la Luna yacen los restos dispersos de la base de la ONU de la misión a Marte, destruida cuando Domaag T'eel irrumpió en la superficie lunar durante su primera fuga, en 2014 [N. del T.: Hechos narrados en el escenario 'Luna de Sangre', aparecido en Extraños Evos]. Cerca de los restos descansa la Base Científica Lunar de la ONU, casi intacta. La planta de energía y la mayoría de los sistemas eléctricos se vieron consumidos durante el confinamiento de Domaag T'eel en 2034, pero la estructura de la base aún es sólida.
La Luna es en la actualidad dominio indiscutido de Domaag T'eel. Esta enorme criatura alienígena habita en las zonas huecas de la luna y de vez en cuando asoma algunos pseudópodos por la superficie en busca de comida. Los seres de los Mitos, decididos a mantener a Domaag T'eel bien alimentado y feliz, le proporcionan un suministro constante de comida (sobre todo humanos cautivos, elegidos entre los supervivientes de la Tierra). Domaag T'eel es la clave del actual dominio de los Primigenios sobre la Tierra, puesto que fue su alteración de la órbita lunar la que les permitió abrirse paso hasta esta dimensión o despertar de su prolongado letargo. Por ello, los seres de los Mitos están decididos a proteger a Domaag T'eel e impedir que los metomentodos humanos y mi-go interfieran con él. Obviamente, tanto mi-go como humanos están decididos a hacer algo con Domaag-T'eel, pero hasta este momento ninguna de las dos razas dispone de los recursos necesarios para actuar contra él.
El entorno físico:
El espacio es muy peligroso para los seres humanos, y el peligro principal proviene del hecho de que en él no hay oxígeno ni presión suficiente para el cuerpo humano. Una persona expuesta al vacío si un traje adecuado morirá con gran rapidez (no hace falta ni tirar los dados). Una fuga en un vehículo presurizado (o en un edificio, o en un traje) desembocará en una pérdida de aire y presión. El Guardián debería manejar con cuidado estas situaciones según las condiciones específicas y las exigencias de la trama. Si los sistemas de soporte vital de cualquier entorno fallan y se acaba el aire, los que estén dentro se asfixiarán.
La baja gravedad de la luna y la gravedad cero del espacio dificultan bastante las actividades humanas. Estas operaciones deben ser controladas mediante la habilidad de Actuar en Gravedad Cero o Baja.
Combate:
El combate en el espacio o en la Luna es sumamente complicado y peligroso. Todas las habilidades de combate se promedian con lo que tenga el personaje en la habilidad de Actuar en Gravedad Cero o Baja. Además, las armas con retroceso (como todas las armas de fuego) pueden provocar que se pierda el control. Cada vez que se dispare un arma hay que hacer una tirada de Actuar en Gravedad Cero o Baja, con un penalizador de tantos percentiles como el daño máximo del arma si el personaje está agarrado a algo, y el doble si carece de asideros (por ejemplo, disparar una escopeta de galga 12 sin asideros haría que la tirada tuviera un penalizador del 48%). Si se falla esta tirada, el personaje perderá el control y se verá impulsado en sentido contrario al disparo (la distancia y las consecuencias se dejan en manos del Guardián). No podrá volver a actuar hasta que supere una tirada de Actuar en Gravedad Cero o Baja.
Toda criatura vulnerable a los efectos del vacío y que tenga la desgracia de sufrir algún daño mientras lleve puesto un traje espacial se verá sometida a los siguientes efectos: El daño inicial será el normal. Si este daño no excede el doble de los puntos de armadura del traje, éste se sellará solo (si dispone de esa capacidad). En caso contrario, el traje no podrá autosellarse y su usuario comenzará a sufrir un daño por turno igual a la mitad del daño original, hasta que muera, arregle los daños o encuentre refugio.
Datos físicos:
Marte tiene 4217 kilómetros de diámetro en el ecuador [N. del C.: son 4217 millas terrestres, o 6794 kilómetros], y una gravedad superficial del 38% de la terrestre. Su día solar medio es de 24 horas, 39 minutos y 35.23 segundos, y orbita alrededor del sol cada 686.98 días. Aunque la baja gravedad permite que los humanos puedan levantar más peso que en la Tierra, el volumen de los objetos no se ve afectado, y en la práctica los personajes no podrán cargar mucho más que sus predecesores terrícolas. Además, los seres humanos que lleven cierto tiempo en Marte (y en especial los nacidos allí) descubrirán que su fuerza física es menor que la de los de la Tierra.
A pesar de los cambios que han producido los esfuerzos de terraformación de humanos y mi-go, la superficie de Marte sigue sin ser un lugar adecuado para una persona que carezca de protección. La atmósfera tiene actualmente una presión de 1/86 de la terrestre (una mejora, teniendo en cuenta que inicialmente era de 1/100) y un contenido en oxígeno del 5% (cuando el original era prácticamente del 0%). La temperatura en la superficie oscila entre los -139ºC en los polos y los 21ºC en el ecuador, una leve mejora desde los -140ºC y 20ºC iniciales.
La superficie marciana está formada en su mayor parte por terreno accidentado, aunque también existen algunas regiones volcánicas, numerosos cañones y muchos lechos fluviales secos que rompen la monotonía del paisaje. El hemisferio sur está lleno de cráteres, de modo muy similar a la Luna, mientras que el norte se compone sobre todo de llanuras, con cráteres de impacto mucho menores que los del sur. También posee muchos volcanes, como los de Tharsis, y enormes cañones (de hasta 200km de largo y 7km de profundidad). Por supuesto, ninguna descripción de Marte podría dejar de mencionar los canales. Estos canales, que tienen hasta 30km de ancho y varios centenares de kilómetros de largo, son resultado de la erosión producida por el agua que hubo en Marte en una época más cálida. El planeta también dispone de casquetes de hielo en los polos, que los colonos perforan para conseguir agua. Por último, Marte tiene dos satélites: Phobos y Deimos.
Presencia humana:
Una única estación humana orbita Marte, acompañada de las naves espaciales que quedan y de dos satélites. Actualmente se trabaja para establecer bases en Deimos y Phobos, y se confía en que estén operativas en menos de un año. A la población general de la colonia se le ha ocultado el propósito exacto de estas bases, pero van a protagonizar un papel en la Operación Regreso a Casa. Esta misión, que se encuentra aún en fase de diseño, tiene el objetivo de lograr la restauración del dominio humano sobre la Tierra. Obviamente, para este plan es esencial modificar la órbita lunar, y deshacer así los cambios que Domaag T'eel provocó en el tejido espacio-temporal.
Los humanos mantienen una colonia en la superficie planetaria que engloba los hábitats originales y las ruinas que se han podido restaurar, así como otra colonia más pequeña y reciente, que se ha erigido por completo dentro de unas ruinas alienígenas. Debido a la falta de equipo pesado de fabricación y a la escasez de materias manufacturadas, cualquier futura expansión humana habrá de realizarse en las ruinas alienígenas. Como las condiciones de la superficie siguen siendo muy hostiles, la población humana se ve obligada a vivir dentro de los edificios de las colonias.
La vida en las colonias es dura. Están superpobladas, no hay ningún lujo y disponen de poca cosa para el ocio. A menudo la gente pierde los estribos y no es raro que se produzcan episodios violentos, debido a la tensión de ese modo de vida. También está el temor constante a que pronto pueda suceder en Marte lo mismo que ocurrió en la Tierra, y eso añade más presión sobre los colonos. La muerte es una compañera siempre presente en Marte, y la gente suele morir en algún accidente, suicidarse o simplemente desaparecer. A pesar de estas condiciones, los colonos son personas firmes y decididas y a cada generación que pasa se hacen más resistentes, gracias a la presión evolutiva que selecciona a los que son lo bastante fuertes para soportar las duras condiciones y la enorme presión de su entorno. Algo que ayuda a los colonos a seguir adelante es la esperanza de que algún día recuperarán la Tierra y sus hijos podrán caminar sobre hierba verde bajo un cielo azul. En estos momentos, la esperanza es prácticamente todo lo que tienen los colonos, y la aprovechan al máximo.
Lugares de interés:
Las expediciones humanas en Marte han localizado varias ruinas de gran antigüedad. Aunque el consejo ha impuesto severas limitaciones a la exploración de muchas de estas ruinas deshabitadas, los científicos de la colonia han descubierto que varias de ellas parecen corresponder a lo que pudo ser una raza marciana nativa. Otras podrían ser ciudades construidas por seres ajenos al Sistema Solar, y algunos de los científicos sospechan que al menos uno de los asentamientos es de origen mi-go. Hasta el momento, los humanos sólo han ocupado las ruinas nativas, que son las más hospitalarias para la vida humana (y las menos desagradables psicológicamente).
Los líderes humanos están al tanto de la existencia de un puesto avanzado de los "grises" en Marte, pero la mayor parte de la población lo ignora, ya que la mayoría dispararía a todo alienígena nada más verlo. Estos mi-go no son hostiles a la presencia humana en Marte. Muy al contrario, parece ser que tratan de ayudar a la humanidad, hasta cierto punto. En realidad, los mi-go básicamente tratan de usar a los humanos como herramientas en su intento por recuperar el acceso a la Tierra y a sus valiosos recursos (los hongos de Yuggoth, debido a sus esfuerzos por posponer el regreso de los Primigenios, no son en absoluto bienvenidos en la Tierra).
Los científicos de la colonia están en lo cierto respecto a las ruinas. Varias de las más grandes pertenecieron a una raza sintiente que dominó Marte hace eones, cuando el planeta tenía agua en estado líquido. Estos seres fueron exterminados por invasores espaciales, y sus ciudades fueron entonces ocupadas por estos horripilantes seres que, posteriormente, construyeron sus propias y terribles urbes, y en ellas realizaron las viles adoraciones que trajeron al planeta al primigenio Vulthoom, conocido por ellos como Gsarthotegga, el Devorador de Mundos. Vulthoom, que se nutre de los ecosistemas de planetas enteros, dañó gravemente el de Marte y arrasó la vida del planeta, contaminó la atmósfera y, en definitiva, desató la destrucción. Mientras el mundo moría, los terribles seres venidos del espacio se retiraban cada vez más a las profundidades de sus ciudades. Por último, los mil años de actividad de Vulthoom llegaron a su fin y el primigenio se sumergió en un letargo milenario en el centro de una ciudad alienígena. Se ha ido despertando cada mil años sólo para comprobar que no hay modo de escapar de Marte, y aún aguarda el día que despierte para encontrar seres que le lleven a un nuevo mundo del que pueda alimentarse.
Por último hay que señalar que al menos una de las ruinas localizadas por los humanos es de origen mi-go. Los hongos de Yuggoth llegaron a Marte aproximadamente en la misma época que a la Tierra. En este mundo muerto encontraron algunos minerales que merecía la pena extraer, y también trajeron protohumanos para usarlos como mano de obra y cobayas en sus experimentos. Algunos de estos protohumanos modificados fueron devueltos después a la Tierra y utilizados en nuevos experimentos en el planeta. Durante la operación de los mi-go un desastre asoló su base principal, que poco a poco fue quedando cubierta por las arenas. Los hongos están ansiosos por evitar que los seres humanos descubran los secretos que oculta su base, pero preferirían no intervenir directamente en el tema. Por ahora se contentan con vigilar a los colonos y guiarlos dentro de los cauces de sus planes cuidadosamente diseñados.
El entorno físico:
A pesar de los esfuerzos en terraformación, la superficie de Marte sigue siendo un lugar extremadamente peligroso para el ser humano. Los problemas principales son la baja concentración de oxígeno (que no basta para mantener con vida a un humano), la exigua presión atmosférica y las temperaturas demasiado extremas. Una persona expuesta a las condiciones de la superficie planetaria, sin ninguna protección, morirá de una forma muy dolorosa y con relativa rapidez (no hace falta ni tirar los dados). Una fuga en un vehículo presurizado (o en un edificio, o en un traje) desembocará en una pérdida de aire, presión y calor. Si los sistemas de soporte vital de cualquier entorno fallan, las personas del interior se asfixiarán cuando se acabe el aire y puede que hasta mueran congelados. El Guardián debería manejar con cuidado tales situaciones según las condiciones específicas y las exigencias de la trama. Por ejemplo, puede decidir que un heroico investigador que trate de salvar a sus compañeros logra sobrevivir lo suficiente para soldar el casco del vehículo antes de que le estallen los globos oculares. Lo importante es la historia, no preocuparse de todos los detalles científicos exactos.
Combate:
El combate en Marte puede ser bastante más arriesgado que en la Tierra. Aunque la menor gravedad de Marte afecta al combate y a otras acciones, la diferencia es tan pequeña que no merece la pena incorporarla a las reglas del juego. Si el Guardián desea ser preciso en sus partidas, tal vez desee reflejar esta diferencia mediante las reglas para Actuar en Gravedad Cero o Baja, proporcionadas anteriormente.
Por otro lado, la baja presión de Marte no se puede ignorar en combate. Toda criatura vulnerable a los efectos de la baja presión y que tenga la desgracia de sufrir algún daño mientras lleve puesto un traje espacial se verá sometida a los siguientes efectos en Marte: El daño inicial será el normal. Si este daño no excede el doble de los puntos de armadura del traje, éste se sellará solo (si dispone de esa capacidad). En caso contrario, el traje no podrá autosellarse y su usuario comenzará a sufrir un daño por turno igual a la mitad del daño original, hasta que muera, arregle los daños o encuentre refugio.
Descripción física:
El tamaño, la gravedad y las demás características de la Tierra no han cambiado. Sin embargo, sí han tenido lugar ciertas alteraciones físicas importantes. Debido a las mutaciones de la Luna, muchas zonas que antes estaban sumergidas ahora están al aire libre (entre ellas se incluye, por desgracia, R'lyeh), y muchas que estaban por encima de las aguas ahora yacen bajo ellas. Debido al origen arcano de la mayoría de estas alteraciones, las zonas expuestas e inundadas no se corresponden exactamente con lo que habría ocurrido en un desastre natural.
Varios puntos que antaño fueron ciudades humanas, como Nueva York, son ahora yermos radiactivos por culpa de LeSarre. De hecho, aunque LeSarre lo ignoraba en aquel momento, su acción salvó a la humanidad de un mayor sufrimiento. Si los Primigenios hubieran podido sacrificar en un ritual a los millones de personas que perecieron en el bombardeo de LeSarre, les hubiera sido posible consolidar su presencia sobre la Tierra durante eones. Impedido ese sacrificio, los Primigenios están en el planeta de forma precaria, al menos hasta que la población humana vuelva a crecer lo bastante para llevar a cabo el sacrificio requerido.
La humanidad:
Aunque millones de personas perecieron en el desastre que asoló a la humanidad, la raza sigue presente sobre la Tierra. Los humanos del planeta se pueden clasificar en alguno de los siguientes grupos:
El principal corresponde a los que viven como vasallos y esclavos de los Primigenios y sus secuaces. Estas personas pueden ser sacerdotes poderosos y fieles o individuos esclavizados por el terror. Aquí también se incluye a los que (ya sea voluntariamente o no) han pasado a formar parte de la comunidad de profundos. Muchos de ellos están locos de una u otra forma, y todos son unos perturbados.
La siguiente comunidad en tamaño la forman las personas que vivían en las zonas ignoradas por los Primigenios, o que han huido a ellas. Estos seres humanos normalmente sobreviven a un nivel muy elemental, aunque en ocasiones poseen objetos tecnológicos (casi siempre armas). Aunque rara vez actúan contra los Mitos, tampoco ayudan a estas criaturas.
El tercer grupo lo forman aquellas personas que luchan activamente contra los Mitos. Pueden constituir pequeñas unidades paramilitares, equipadas con vehículos ligeros acorazados, o incluso tribus lideradas por un chamán. Estos grupos experimentan un elevado porcentaje de mortandad, pero continúan apareciendo nuevos grupúsculos. Los Primigenios, que en general consideran a los humanos como inmerecedores de su atención, han dejado este problema en manos de sus servidores. Por desgracia para éstos, los humanos problemáticos son bastante peligrosos y tienden a vender muy cara su piel en las batallas contra los seres de los Mitos.
Por último, el menor grupo de humanos (pero que en su momento fue el mayoritario) es el de los que vagan enloquecidos. En cierta época hubo literalmente millones de personas caminando desorientadas, corriendo mientras gritaban, etc. Sin embargo, con los años estas personas han logrado recuperarse hasta cierto punto o bien han muerto. El índice de locura en la Tierra sigue siendo extraordinariamente alto, pero los que enloquecen suelen morir pronto o encuentran otro destino (como el de unirse a una secta).
Los Mitos:
Los cambios en la Luna han creado una serie de condiciones metafísicas que permiten un mayor grado de libertad para muchos de los más poderosos seres de los Mitos. Sin embargo, estas criaturas no disponen de una libertad absoluta, puesto que las estrellas no han alcanzado del todo su posición correcta y LeSarre les impidió un sacrificio que les hubiera proporcionado mucha más autonomía. Los seres menores de los Mitos también disponen de mayor libertad, aunque sólo se deba a la menor resistencia que puede oponer la humanidad a sus actividades.
La siguiente sección proporciona detalles respecto a la situación de los diversos seres y razas alienígenas.
Abhoth: Sin cambios.
Ahtu: Ha logrado controlar una amplia sección de África, aunque su culto se topa con resistencia por parte de los chamanes africanos y otros.
Ángeles descarnados de la noche: Los ángeles descarnados siguen mostrándose activos en la Tierra y se sabe que en alguna ocasión han ayudado a los seres humanos, probablemente a instancias de Nodens.
Antiguos: Unos pocos antiguos sobreviven en lo más profundo de las fosas oceánicas. Algunos de ellos han establecido una alianza precaria con un grupo de humanos (descendientes de personal naval, que disponen de varios submarinos y navíos de superficie). Los antiguos buscan socavar el poder de los Primigenios, más por odio hacia Cthulhu que por ninguna ambición de recuperar la Tierra.
Arañas de Leng: Sin cambios.
Atlach-Nacha: Sigue trabajando en su telaraña y aún le queda mucho, así que sabe que el mundo aún no ha llegado a su fin.
Azathoth: Sin cambios.
Bast: Como los colonos humanos salvaron a muchos gatos al llevárselos consigo a Marte, la humanidad cuenta actualmente con el favor de Bast. Aunque odia implicarse en los asuntos humanos, puede actuar para beneficiar a la humanidad, normalmente ayudando a un individuo importante que sea muy amable con los gatos.
Bestias lunares: Sin cambios.
Bokrug: Sin cambios, aunque las Tierras del Sueño han sufrido fuertes trastornos en algunas zonas.
Byakhee: Estas criaturas frecuentan la Tierra y viajan a menudo de ella a la Luna. Evitan Marte, puesto que los humanos les matarían en cuanto los vieran.
Colores surgidos del espacio: Sin cambios, aunque quizás encuentren atractiva la deformación en la estructura metafísica del planeta (o quizás la consideren repulsiva).
Cthugha: Sigue en Fomalhaut, aunque ha visitado la Tierra en varias ocasiones.
Cthulhu: Cthulhu ha sido liberado de su largo sueño. Ahora gobierna una amplia parte de la Tierra y tiene como vasallos a los profundos y a muchos adoradores humanos. Suele permanecer en áreas costeras o insulares.
Cyaegha: Este ser sólo queda en libertad cuando hay luna llena. Durante ese periodo merodea libre, destruyendo todo lo que encuentra a su paso. Cuando queda atrás el plenilunio se ve obligado a regresar a su lugar de confinamiento.
Chaugnar Faugn: Tiene muchos más siervos que antes, pero parece contentarse con seguir en su pedestal.
Chthonians: Parece que los chthonians se limitan a permanecer bajo tierra la mayor parte del tiempo, aunque visitan la superficie más a menudo que antes. Ahora G'harne es un lugar de continua actividad chthonian, y los seres humanos (y muchas criaturas de los Mitos) evitan la zona.
Dagón e Hidra: Suelen estar al lado de Cthulhu.
Daoloth: Sin cambios.
Dholes: No hay ninguno en la Tierra.
Eihort y sus crías: Eihort todavía reside en sus túneles y forja su terrible Acuerdo de manera regular con las personas que se tropiezan con sus pasadizos (o que son empujados a ellos por su secta). Sus crías han crecido, pero aún no han adquirido todo su tamaño, ya que las condiciones no son del todo adecuadas para ellas.
Ghasts: Estas asquerosas criaturas se han vuelto más activas, pero siguen limitadas por su vulnerabilidad a la luz.
Ghatanothoa: Este terrible ser todavía reside en su cono volcánico pero es libre de vagar por la Tierra. Es consciente de que su isla puede volver a sumergirse en cualquier momento y que podría quedar atrapado de nuevo.
Glaaki: Esta criatura habita en el interior de su lago y ha reunido una respetable secta de servidores muertos vivientes. Su capacidad de enviar su sueño se ha hecho mucho más fuerte desde que la Luna se movió, y se ha aprovechado de ello para ampliar su ejército de no-muertos.
Gnoph-Keh: Con el descenso en la población humana y el final de las expediciones científicas a las zonas más frías del globo, estos seres se han vuelto mucho más activos.
Gran raza de Yith: Como son capaces de viajar por el tiempo, están al tanto de lo que ocurre. La Gran Raza ha estado proporcionando una pequeña ayuda a los humanos y siguen visitando esta era en busca de información.
Gugs: Estas odiosas bestias son ahora capaces de pasar al mundo de la superficie por la noche.
Gules: Estos seres repulsivos se han vuelto bastante activos gracias a la falta de oposición por parte de los humanos, y se han hecho con el control de varias ciudades abandonadas, alimentándose con glotonería de los cuerpos de los que han muerto a lo largo de los años.
Habitantes de la arena: Estos impacientes humanoides de pequeño tamaño prosperan a la sombra de sus amos Primigenios. Aún habitan en los desiertos de la Tierra, pero han comenzado a construir ciudades hechas de arena (a la que de algún modo logran dar una consistencia pétrea).
Hastur: Los adoradores que tiene en la Tierra han erigido una enorme V formada por descomunales monolitos que permiten a Hastur visitar libremente la Tierra (similar a la situación descrita en Cthulhu Actual [N. del T.: En el escenario 'Las estrellas maléficas']). Es incapaz de abandonar el área de la V, aunque puede permanecer dentro de sus confines tanto tiempo como desee.
Hipnos: Sin cambios.
Hombres serpiente: Mientras que los especímenes degenerados habitan en diversas zonas desoladas de la Tierra, al crecer el poder de Yig los humanos con genes del pueblo serpiente han comenzado a transformarse en híbridos humano-serpiente, y entre los degenerados incluso se han producido nacimientos de ejemplares de pura raza. En algunos lugares se alzan pequeñas ciudades de hombres serpiente e híbridos, todos los cuales consideran a los humanos como marcadamente inferiores, sólo adecuados como conejillos de indias y esclavos.
Horrendos cazadores: Estas bestias frecuentan la Tierra y disfrutan mucho cazando humanos. La luz del día sigue expulsándoles.
Insectos de Shaggai: Estos desagradables insectos se han aprovechado de la situación para tomar el control de ciertos grupos de humanos, poseyéndoles. Estas criaturas, dentro de los cuerpos de sus huéspedes, vagan por la Tierra adorando a Azathoth y extendiendo el dolor y el miedo.
Ithaqua: Ithaqua frecuenta la Tierra más que antes, aunque sus visitas siguen siendo escasas.
Lloigor: Estas criaturas se muestran menos activas ahora que la humanidad está en la cuerda floja, ya que necesitan de los seres humanos. No es raro que los lloigor controlen pequeños asentamientos humanos y defiendan a sus habitantes de otros peligros, de modo que ellos puedan usar la energía de los humanos.
Mi-go: Los mi-go han sido expulsados de la Tierra y de la Luna, debido a sus esfuerzos por posponer el regreso de los Primigenios. Los mi-go continúan actuando a gran escala en Yuggoth y poseen una pequeña base en Marte (haciéndose pasar por los grises), y quizás otras en el Sistema Solar.
Nodens: Nodens, que ya antes no era un visitante habitual de la Tierra, ahora la frecuenta aún menos. Cuando lo hace, se suele llevar a varios humanos consigo. Nodens parece mostrarse casi amistoso hacia la humanidad, y se cree que tal vez la ayude en gran medida en una fecha futura.
Nyarlathotep: Este dios exterior está extremadamente complacido con la situación actual de la Tierra y disfruta contribuyendo a la locura y el caos. Los seres humanos bien informados sobre los Mitos pero todavía cuerdos (algo extremadamente poco común) temen a Nyarlathotep más que a ningún otro ser, porque es probable que aniquile a la humanidad y finalmente destruirá la Tierra.
Nyogtha: Esta criatura amorfa aún mora en sus cavernas, pero en ocasiones se aventura más lejos en busca de víctimas.
Otros Dioses Menores: Sin cambios.
Perros de Tíndalos: Con la disminución de seres vivos en la Tierra, estos seres visitan esta era temporal incluso con menos frecuencia que en el pasado reciente.
Pólipos volantes: Estos terribles y misteriosos seres siguen en sus cavernas, pero cualquiera que les moleste suele encontrar un aterrador final.
Profundos: Con el colapso de la civilización humana en la Tierra, los profundos han ocupado muchas ciudades humanas y usan a los humanos como alimento y ganado de cría. Muchas áreas costeras del mundo poseen ciudades controladas por los profundos y habitadas por una mezcla de híbridos y humanos.
Quachil Uttaus: Este ser se manifestó en persona cuando el bombardeo de LeSarre mató a millones de personas, y ha aparecido en alguna otra ocasión. Al relacionarse con la muerte y la putrefacción, encuentra un gran interés en la Tierra actual.
Retoños oscuros: Estas terribles criaturas vagan en libertad y sin cortapisas por amplias zonas del mundo, en busca de presas humanas.
Rey de Amarillo: Sin cambios.
Rhan-Tegoth: Parcialmente liberado de su estasis, este primigenio ha regresado a Alaska, donde antaño reinó. Debe hibernar durante seis horas por cada dieciocho que esté activo. Posee un culto moderadamente extenso en Alaska, cuyos miembros se aseguran de que su señor esté bien alimentado.
Semilla estelar de Cthulhu: Como su amo, estas criaturas son ahora libres para viajar por la Tierra a donde quieran, y suelen actuar como regentes de las comunidades de profundos.
Semilla informe: Estas criaturas todavía permanecen en sus cuevas.
Seres rata: Con el enorme incremento de la actividad sectaria entre los humanos, el número de seres rata ha aumentado.
Servidores de los Otros Dioses: Sin cambios.
Shantaks: Estas criaturas se han estado reproduciendo aceleradamente y ya hay muchas de ellas sobre la Tierra. Se les suele usar para transportar los sacrificios hasta la Luna.
Shoggoths: Estas criaturas aparecen junto a los profundos y otras razas actuando como siervos, pero muchos de ellos se han vuelto lo bastante inteligentes como para desear ser sus propios amos. Tales shoggoths han huido a diversos lugares, lejos de los que les utilizarían de esclavos, y son incluso más peligrosos que sus compañeros y matarán de inmediato a cualquiera que los descubra.
Shub-Niggurath: La adoración a esta deidad ha aumentado en gran medida, y ella ha recompensado a sus fieles seguidores con tierras fértiles y cosechas copiosas. De manera regular se realizan sacrificios en su honor.
Shudde M'ell: Este enorme chthonian, que nunca ha estado limitado, sigue actuando como le place. Suele visitar la superficie y G'harne más a menudo que antaño.
Tcho-Tcho: Estos terribles seres medio humanos se han esparcido desde la marchita meseta de Tsang hasta el Tíbet, donde se han topado con una resistencia sorprendentemente firme por parte de sus habitantes, de mentes fuertes. Hay una guerra casi constante entre los tcho-tcho y los guerreros y monjes tibetanos.
Tsathoggua: Este primigenio parecido a un sapo peludo es ahora algo más activo que en épocas previas, y ha aparecido un pequeño culto que le adora. Si se le encuentra, hay un 60% de posibilidades de que esté hambriento y trate de comerse a los personajes. Si no es así, se hará el dormido.
Tulzscha: A este Dios Exterior, que medra con la muerte, la corrupción y la podredumbre, actualmente le va muy bien. Aunque aún le adoran pocas personas, sus sectas han crecido levemente, sobre todo con gente que desea evitar la muerte.
Ubbo-Sathla: Sin cambios.
Vagabundos dimensionales: Estas criaturas siguen deambulando entre las dimensiones y aparecen por la Tierra algo más frecuentemente.
Vampiros de fuego: Frecuentan la Tierra, y la imagen de un vampiro de fuego persiguiendo alegremente a sus víctimas y quemándolas hasta la muerte no está fuera de lo habitual.
Vampiros estelares: Estas criaturas invisibles visitan la Tierra algo más que antes y se ha informado de al menos un caso de ataque de un vampiro estelar en Marte.
Xiclotl, seres de: Estos carnívoros se muestran más activos en la Tierra y sus amos insectos los han reproducido en gran cantidad. Siguen siendo poco comunes sobre el planeta, pero no es agradable encontrarse con uno.
Y'Golonac: Y'Golonac posee una buena cantidad de seguidores en estos tiempos, aunque su concepto de mal sigue siendo bastante superficial.
Yibb Tstll: Sin cambios.
Yig: Yig, cuyo pueblo serpiente llevaba siglos en decadencia, ha disfrutado de un resurgimiento de su poder. Se aprovecha de ello y trata de volver a imponer a los suyos como amos de la Tierra.
Yog-Sothoth: Las condiciones de la Tierra son ideales para Yog-Sothoth y ahora puede entrar en esta dimensión casi a voluntad, para alimentarse de los humanos. El número de miembros de su secta ha aumentado de manera sustancial.
Zhar: Este ser (o seres) aún vive bajo Tsang, pero es mucho más activo y tiene una secta de seguidores de buen tamaño. Sus adoradores tcho-tcho han tenido bastante éxito.
Zoth-Ommog: Esta criatura quedó libre cuando R'lyeh emergió. Es adorado por algunos profundos y unos pocos humanos muy errados, pero todavía no tiene un verdadero culto de fieles.