¿Ya estamos dando por sentados pensamientos euclidianos en los demás? 
A mí lo que más me molesta de Gumshoe es la forma tan feota en la que el sistema se mete en el relato de la partida, y es que el declamar "gasto 1 punto de la reserva X" en medio de según qué situación narrativa puede dar al traste con todo el fondo que se haya podido generar. Con suficiente costumbre un guardián sabe intuir qué recurso le están diciendo los jugadores que están usando, pero hasta llegar a ese punto me parece una intromisión mucho mayor que hacer una tirada.
Juraría que en alguna parte del capítulo dice algo parecido a "si no te gustan las reglas puedes hacerlo como te salga del trócolo". 
Hablando en serio, comentaban algo de hacerlo en modo narrativo o como a cada uno le viniese mejor. Yo antes de 7ª nunca usé mecánicas de persecución, sino que lo narraba para llevar aquello, con la pertinente interacción con los jugadores, a donde yo quisiera. Y después de 7ª las habré usado una o dos veces. 
Bueno, en honor a la verdad hay que decir, sobre las persecuciones, que se trata de reglas opcionales. A mí al principio me resultó un tanto chocante, pero ahora me lo tomo como un minijuego que añadir si se dan las condiciones adecuadas.
Gumshoe en realidad no es mal sistema, pero parte de una premisa errónea; si una partida se queda en punto muerto por culpa de una mala tirada el problema es el Guardián, no el BRP.
El Rastro; este juego que tiene un "algo" con su maquetación y su arte. Con su forma de contar las cosas. Y que se repite en todo lo de Pelgrane. Que te atrae y te atrapa.
Y entonces, llega Gumshoe.
Entonces me habré confundido, y el 98 sería el año de la muerte del fulano y, con ella, el del cierre definitivo del caso. 
Mal que me pese, estoy con Ned; son ya muchos años y la línea está muerta a todos los efectos. Mi espinita clavada en el Rastro son los archivos Armitage, aunque al menos se despidió por todo lo alto con Mentiras Eternas.
Vista en retrospectiva, la verdad es que la colección traducida de El rastro ha quedado sorprendentemente compacta, con módulos de todo tipo, y sin bajada de calidad en ninguno de ellos. Tal vez sea mejor así.
PD: Para mí El Rastro siempre será el primer juego de rol lovecraftiano que tuve en una edición no-canutillos. Recuerdo que me hice con el para matar el gusanillo mientras llegaba la Edición Primigenia de La llamada. Además, aunque no lo recuerdo claramente, es muy posible que la crítica del Rastro fuese el primer artículo de LDN que leí.
Cuántos años juntos (aunque sea internetilmente hablando) llevamos ya, chavales.
Pues yo no tenía ni idea de este caso; acabo de hacer una búsqueda rápida y he visto que el juicio fue en 1998, año en el que cumplí 11 en diciembre, así que tampoco me extraña mucho que me sea desconocido. Me apunto el documental para echarle un vistazo un día de estos.