Página 1/2 |
24 de enero de 1925
Un eclipse total ensombrecerá el norte de Manhattan y parte del Bronx. Miles de personas se desplazarán hacia allí para contemplarlo, abandonando sus rutinas y trabajos, desplazándose los quilómetros que hagan falta para vivir semejante acontecimiento. Los medios de comunicación llevan semanas hablando del eclipse, la gente no habla de otra cosa estos días.
Y en los cielos de Nueva York, un gran dirigible, el Sol Negro, permitirá a personalidades de la alta sociedad americana y europea contemplar el eclipse. Millonarios, políticos, diplomáticos, militares de alta graduación y nobles europeos se han dado cita en una gran fiesta de alto copete.
Pero todo se torcerá. La muerte y la locura a miles de metros sobre las calles de Nueva York
Tranquilos, dos suecos están arreglando el problemilla
Y todo esto mientras un aclamado veterano de la Gran Guerra se pega la siesta de su vida...
Y el vigía del turno de día, medio borracho, está encerrado en un camarote de lujo con dos hombres.
La última vez que se les vio por cubierta estaban hablando de como les gustaba un buen trasero... ¡Ay! Estos locos años 20.
¿Soy yo o no se menciona al ilustre embajador Sueco en la entrada del blog? Creo que se presentará con su ayudante...
Aparecerá mencionado, no te preocupes.
A medida que se me ocurren cosas voy actualizando la entrada. Ahora hay un poco más de texto.
Cuando esté completa, vuelvo a avisar.
Espero que os guste. Avisadme de cualquier gazapo o error de escritura.
Gracias
Muy buen epílogo Tillinghast.
Que alegría ver que no ha acabado nadie flotando en el Hudson.
Fullard se siente doblemente ofendido, primero, porque esos meatintas del Messenger se atreven a decir que sintió Vertigo y segundo porque un ingles de pura cepa como el Rr Rolls haya elegido a un Sueco como miembro de seguridad para su aeronave y no a alguién Británico, con experiencia militar y una carrera intachable como piloto...
Página 1/2 |
Página 1/2 |