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Equivocado me habré con lo del cuervo.
Cuanto daño ha hecho Yoda...
Tomo nota de tu propuesta.
Un micro al día de ir al loquero te libraría...
El evento
Registro fonético del Dr. I.M. Günterstoizer
21 de noviembre 2016
Frontera Franco-Suiza
Listos para iniciar las colisiones a 14 TeV.
Comprobación de la temperatura de los imanes. 1.6 K. Efecto superconductor correcto.
Comprobación del Solenoide Compacto de Muones. Todos los detectores correctos. CMS operativo.
Comprobación del Aparato Toroidal del LHC. Todos los detectores correctos. ATLAS operativo.
Finalizando ajustes en los detectores para registrar la escala del tiempo de Plank. Ajustes finalizados.
Activando generador de haces de protones. Generador activado.
Lanzamiento de los haces en 5... 4... 3... 2... 1... Inyección de haces de protones.
Haces acelerándose... 0.5c... 0..7c... 0.9c... 0.99c... 0.995c... 0.9995c... 0.9999c... Velocidad máxima alcanzada. Sincronizando servidores de la red de computación. Sincronización de servidores finalizada.
Introduciendo desviación del campo magnético para colisión. 3... 2... 1...
Colisión exitosa. Iniciando recopilación de datos de CMS y ATLAS.
Un momento... Detectado error crítico. Inicio de las medidas en -5 tiempos de Plank. No tiene sentido. Comprobando detectores.
¿Qué sucede?
Campo magnético reajustado.
Red de servidores desincronizada.
Haces... ¿decelerándose? 0.9995c... 0.995c... 0.99c... 0.9c... 0.7c... 0.5c... ¿Haces reabsorbidos? ¡¡Es imposible!! ¡¿Generador de protones desactivado?!
Comprobando intrusión en el sistema informático... Comprobando seguridad del sistema... ¡¡NADA FUNCIONA!!
Un momento... ¿Qué es... Esa luz...?
Ruido blanco
Aquí os dejo algunas versiones de los cuentos clásicos antes de ser censuradas:
Cuentos clásicos I
—Abuelita, qué tentáculos más grandes tienes.
—Es para comerte mejor
Cuentos clásicos II
—¿Quién es? —dijo el cabritillo.
—Soy yo, vuestra mamá —se escuchó al otro lado de la puerta.
—Asoma la patita por debajo para creerte.
Entonces un oscuro y enroscado tentáculo asomó por debajo de la puerta.
—¡No, no! tú no eres nuestra mamá, nuestra mamá tiene la pata blanquita.
«Qué listos son estos cabritillos…» pensó Cthulhu enfadado.
Cuentos clásicos III
—¡Que viene el lobo! —gritó Pedro bajando la pradera—. ¡Que viene el lobo!
Pero de nuevo era mentira, detrás de él venía algo más impronunciable.
Cuentos clásicos IV
El lobo sopló y sopló, pero la casa no derribó. Así que sacó su libro de invocaciones y comenzó con la tarea.
Cuentos clásicos V
—Espejito, espejito mágico, ¿hay alguien más malvado que yo?
Y debido seguramente a una interferencia, la pulida superficie del espejo retrasmitió, dejando pensativa a la madrastra, el documental de cefalópodos marinos.
Qué envidia me dais, a mi me cuesta dios y ayuda preparar un micro. Para este, la idea llevaba rondándome por la cabeza largo tiempo y aun así no acaba de salir como esperaba (y encima es histórico, haré que Buscaglia no pueda leerlo 
). En fin, me paso de extensión pero me consuela no ser el único.
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La cabalgata
Creedme, honorable audiencia, cuando digo que nunca se vio Coventry como aquel día. Las calles estaban desiertas como si la peste negra hubiera vuelto para llevarse a quienes perdonó, y en el mercado no se oía ni el graznido de una oca, pese a encontrarse la población en feria.
Pronto comprenderéis el motivo, pues entre burgueses y populacho se había extendido la noticia como la llama en un reguero de aceite. La joven esposa del conde, llegada recientemente de tierras lejanas y de la que pocos habían podido contemplar su hermosa faz, había de recorrer el pueblo a caballo, de extremo a extremo, pues así lo ordenaba su marido. Pero no cubierta con sus alhajas y sus sedas, con sus mantos y sus joyas, sino, y perdonen las damas presentes mi atrevimiento, como el Señor la trajo al mundo.
A cambio de soportar esa afrenta, ella impuso una severa condición: que todas las familias de Coventry se resguardaran ese día dentro de sus casas, con puertas y ventanas cerradas, nadie osara asomarse so pena de muerte. Lo único que oyeron las buenas gentes de la aldea fue los cascos de su caballo sobre el empedrado, y suspiraron aliviados al sentir que se alejaban.
Pero, ¡ah!, alguien la vio. Yo sé que el viejo Tom, ese pícaro sastre, osó espiarla desde la buhardilla de su taller. Cómo ansiaba contemplar su delicada figura, apenas cubierta por su larga cabellera, cómo anhelaba deleitarse en intimidades de su cuerpo que ni su esposo tenía legítimo derecho a contemplar.
Unos aseguran que el pobre Tom quedó ciego al ver a la dama Godiva, otros que murió allí mismo, pero yo os digo que si os acercáis al monasterio benedictino que se alza a unas leguas de aquí y pedís que os conduzcan junto al ventanuco del patio de los locos, aún podréis escuchar sus dementes chillidos que conmueven el alma. Y si por azar en ese momento aúlla algo que parece tener sentido, haced como yo y tapad vuestros oídos como él no supo cerrar sus ojos.
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Saludos,
Entro
Pero los que sacas son magníficos. Yo sacrifico calidad frente a cantidad XD. En mi caso lo que pasa es que a veces estoy en la web y de repente se me ocurre una idea, y me pongo con ella hasta que improviso una historia que, necesariamente, no está trabajada ni depurada. Luego vienen Misne y Gorgo con sus sabios consejos y ayudan a maquillar un poco. 
Entro, este último es genial, aunque el desenlace no dista mucho de la leyenda original. Creí que darías un giro de tuerca más sorprendente y directamente relacionado con los Mitos; lo de los "aullidos con sentido" creo que es lo que no tengo muy claro. De todas formas está muy bien narrado, y creo que es una idea de lo más original mezclar esta leyenda con los Mitos 
. Otra cosilla, si Tom Peeping miró desde su taller, ¿por qué suenan sus aullidos en un monasterio alejado?
Solo te dejo este comentario porque me encanta esa leyenda, para nada me veo capacitado de mejorar tu magnífico trabajo 
. Yo, los que he escrito, los suelto sin meditar mucho y repaso sobre la marcha. Luego los guardo en el disco duro por si en un futuro le puedo dedicar más tiempo para pulirlos.
Un saludo 
Gracias, Salino. Explico:
Entre el cuarto y el quinto párrafo hay un salto temporal: pasamos del momento en que sucedió lo narrado al presente. Lo que explica el narrador es que Tom no murió ni quedó ciego, como dice la leyenda, sino que se volvió loco y ahora está confinado en un monasterio (que hacían las veces de manicomios cuando no existía tal cosa). Normalmente chilla cosas sin sentido pero en ocasiones empieza a explicar lo que realmente vio al mirar a Lady Godiva desnuda, y en ese caso lo sensato es no escucharle, si uno no quiere acabar mal.
Saludos,
Entro
No conocía esta leyenda.net
Yo tampoco la conocía... Sí que me ha recordado a La Regenta, cuando Ana Ozores pasea desnuda por Vetusta.
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