Os despertáis con el sonido de unos chillidos. Temiendo lo peor, cogéis vuestras cosas y salís a las calles de Dunwich. En cuanto ponéis el pie en el exterior, notáis algo vil en el frío aire nocturno: un terrible y acre olor que apenas podéis describir, y una pesadez en la atmósfera que hace difícil respirar. Los ciudadanos de Dunwich han cerrado sus puertas a cal y canto, y el pueblo parece en silencio y solitario. A lo lejos, un tenue brillo sale de lo alto de una colina que hay por encima del pueblo. La conocéis por Zebulon y los registros de Armitage. Se llama Sentinel Hill. Los relatos sobre ella hablan de que allí se realizaban ritos satánicos; ritos en los que grandes piras rituales iluminaban el cielo nocturno mientras el suelo temblaba furiosamente bajo ellas.
En los tejados de la aldea hay posadas bandadas de chotacabras, observando siniestramente cómo os montáis en la vieja y destartalada camioneta de Zebulon. Mientras conducís hacia Sentinel Hill, el aire se llena de más chillidos con un tono tan horrible que os duelen los oídos. Todo lo que habéis leído sobre Dunwich y experimentado allí ha llevado hasta este momento. Si el siniestro ritual que Seth quiere llevar a cabo tiene algo que ver con lo que Armitage y sus colegas evitaron hace meses, está relacionado con el favor de una antigua criatura: Yog-Sothoth. Si no lográis detener este ritual, podría significar la perdición total... no sólo para Dunwich, sino para el mundo entero.