No creas, la Meretriz de Babilonia es un concepto religioso cristiano (aparece por primera vez en el Apocalipsis). El protagonista lo usa para referirse al patio, que ha sido antes un escenario lujurioso y ahora tiene aspecto ajado y decrépito (como una prostituta venida a menos). Sí que indica cierta cultura clásica por su parte, pero podría seguir sin tener ni idea de civilizaciones antiguas.
Saludos,
Entro
Sí, como bien dices, es cristiano. Pero no católico. En la cultura tradicional española o italiana nadie sabía quien era esa meretriz porque se intentaba que no se leyese la Biblia, sobre todo el Antiguo Testamento, que tenía que llegar a los fieles por la vía indirecta de los religiosos regulares o seculares (esa era otra de las labores de la Inquisición, interrogar a los lectores de la Biblia en un cepo). O, por lo menos, nadie que no conociera también a Senaquerrib o a Sargón de Akkad. En países anglosajones, a cualquier analfabeto le sonaría esa imagen.
En cualquier caso, actualmente, con evangelistas, testigos de Jehová, etc... dando la vara, esa figura puede conocerla cualquiera.
Dos perlas o erratas informativas que se pueden encontrar en la red: desde "La fuente de las novelas, relatos cortos de varios escritores" 
a "relatos submarinos de los mitos de Cthulhu" 
Seguro que pensaron que un único autor no podía atesorar tanto talento. Eso sí, lo de submarinos no lo veo...
Retomar un clásico de terror -"aventuras y desventuras de una mujer embarazada"- es un reto del que, a mi entender, sales más que airoso.
Los malos... ¡que inmensa capacidad para hacerlos verosímiles!
en la cosmogonía de terror vasca también están, con diferentes nombres según el valle: los sugoi, los sugaar... seres anteriores a los gentiles, que ya eran en esencia antropomorfos y que desaparecieron -o se recluyeron- tras la aparición de Tximu, Jesucristo, que ¡oh ironía! etimológicamente es "el mono", contrapuesto al "reptil"
El final he de decir que me encanta. Somos una especie deficiente, pero capaz de lo mejor. Y, como decían en el único gran capítulo de Penny Dreadfull, el que seguía un estilo epistolar
Te quiero tanto que, para salvarte, sería capaz de más que darte mi vida. Sería capaz de matarte
Saludos.
Como no encuentro un hilo más propicio y el relato trata de ellos, lo que pienso que es un gran acierto ya que dan mucho miedo y en la mayor parte de los casos solo se les cita sin más, una reflexión
sobre los tcho-tcho. Creo que Entro hizo bien en no sacarlos como exiliados de Vietnam tras la guerra (parecería que se burlaba la última película decente de Clint Eastwood). Pero, sobre su "invisibilidad", hay algunos personajes históricos que creo muy bien podían considerarse de era raza. Por ejemplo Sangha/Sang-ko, uno de los llamados "ministros villanos" de Kublai. Los chinos nunca lograron esclarecer de dónde venía ni de qué raza era. Conocía infinidad de lenguas, había estado entre los uigiros, antes en el Tíbet y ahí perdían su pista. Conocido por su placer por saquear tumbas antiguas, promiscuidad y gusto por obligar al suicidio a sus enemigos
, afortunadamente lograron acabar a tiempo con él
Saludos.
El relato me iba gustando mucho -pese a que queda claro que Entro no ha tenido huerta- hasta el penúltimo párrafo de la página 252.
Ahí aparece una digresión que, a mi parecer, puede resultar positiva cuando contamos una historia frente a una hoguera de campamento o la chimenea de una casa rural, para series como Ash vs Evil Dead... pero que puesta por escrito en un libro ya no me permite tomarme en serio el resto del relato. En fin, probablemente sea una pedrada mía, pero el narrador omnisciente no me gusta que sea mi compadre.
Hay un tipo de relato en el que la mayoría de los autores de terror, a mi entender, naufragan. Y es cuando se ofrecen explicaciones globales al problema del Mal (más allá de priones, exobiología, almas que no son capaces de cruzar al Más Allá... o cualquier explicación parcial, que a veces sí son resultonas). Ya sé que "Mal" aquí no es el término adecuado, pero es para entendernos.
Por poner un ejemplo, en Entrevista con el vampiro, la mejor escena es cuando, a los ojos del vampiro recién nacido, la estatua tiene vida. Como a los ojos de un niño. Ahora bien, ni el guionista ni la autora son capaces de dar una explicación válida a estos prodigios.
Entro no fracasa en proporcionarnos una excelente -y aterradora- teoría sobre la Humanidad y Cthulhu. Y, para colmo, en el mismo registro que Lovecraft: monólogo interior y casi sin acción. ¡Enhorabuena!
Ahora bien, estoy con gorgo. ¿El relato tenía que ir aquí? Tras él, ¿Cómo seguirá el libro? Cuando Malevicht hace su serie de figuras blancas sobre blanco, se acaba la pintura. Con este relato, a mi entender, se acaba el libro.
Una cuestión menor, no estoy de acuerdo
sobre lo de parthenos. El dogma de la virginidad de María era inevitable desde el momento en que los cristianos asumen la filosofía platónica y se separa cuerpo y alma, lo malo y lo bueno, algo ajeno a la idea judía. Que Dios naciera de una mujer mediante un coito, según las palabras del fallecido Gustavo Bueno, viene a ser el equivalente de "a Dios le ha salido una muela"
Saludos.
Creo que Entro ha buscado una elegante y verosímil forma de relatar la indefensión. En cierto modo, hasta el autosacrificio ritual (eso sí, hacia una naturaleza "piadosa", es decir, inexistente). Pero este caso va a ser de los pocos en que mi voto no suba la media: la deja igual.
Le encuentro una connotación -seguro que no buscada y que quizá solo esté en mi cabeza- "japonesa"
mujer atada, violación, ser anfibio metiendo extremidades
que no deja remontar el relato hasta el sobresaliente. Además, este relato me convencerá más o menos según lo que aparezca en los siguientes
¿Quién manda en realidad en Sin City, en Metropol, en Fontenebra?
Encaro con mucha curiosidad el relato. ¿Logrará Entro también llevar el terror a las grandes superficies? Y no un terror realista o social...
La descripción/ valoración de los centros comerciales y la reflexión sobre su devenir, como esperaba, de nota. Pero va avanzando el relato y veo difícil plantear en el espacio que queda la cumbre y el desenlace.
Y, al final lo que hallo es
¡un maravilloso y nostálgico cuento ético! Y, además, una hermosa lección de amor paternal. ¡Todo por los hijos
Entro, gracias
, por transportarme de nuevo, cuando y donde menos lo esperaba, a los viernes de mayo de mi niñez, que duraban lo mismo que ahora un mes. Esto no me pasaba desde que vi por primera vez Matar a un ruiseñor.
Ahí tienes tú mucha más experiencia, yo he tenido que guiarme sobre la vida intraescolar por referencias indirectas 
.
Respecto al otro tema, el problema de adentrarse en ambivalencias éticas ("quién es el verdadero monstruo" y tal) es que es muy fácil perder la sensación de terror (al fin y al cabo, si no son tan malos...), y prefería no meterme por el momento en esos berenjenales.
Saludos,
Entro
El relato me ha parecido muy bueno. Y la ambientación en el centro educativo, también
. Los "peros" son para que no parezca que me has dado dinero por alabar el relato.
Estoy de acuerdo con lo de que el género está mejor sin ambivalencias éticas (salvo casos excepcionales como Soy Leyenda). ¡Bien contra el mal y que comience la batalla
!
A riesgo de ser pedante, debo decir que la Inquisición (contrariamente a lo que dice la leyenda negra) era sorprendentemente avanzada respecto a las acusaciones de brujería, que casi siempre tomaba como mera superstición. Lo que perseguía con saña eran herejes (especialmente protestantes) y falsos conversos, sobre todo judaizantes.
Saludos,
Entro
Y el bestialismo, la sodomía, la bigamia, los curas "peticionarios"
y la lectura de libros extranjeros.