El rastro de Tsathogghua

Naturaleza

Juego	La Llamada de Cthulhu
Tipo	Minicampaña / escenarios sueltos, años 20
Titulo original	Trail of Tsathogghua
Autor	Keith Herber
Dibujante	Steve Purcell
Editorial original	Chaosium Inc.
Año	1984
Título en castellano	El rastro de Tsathogghua
Traducción	Jordi Zamarreño
Editorial en castellano	Joc Internacional
Año	1990
Precio	20.91€
Páginas	84
Características	Tapa dura, interior b/n

Qué es

Este suplemento contiene tres escenarios y se anuncia en contraportada como adecuado para jugadores novatos, lo cual es un tanto discutible salvo que uno pretenda que esos jugadores novatos aprendan pronto que los investigadores duran poco en La Llamada de Cthulhu. El autor de las aventuras fue el famoso Keith Herbert (y no "Keit" como aparece en portada).

Qué me esperaba yo

Me parece recordar que sólo jugué la primera aventura, que acabó fatal, así que a la hora de preparar esta crítica sólo pensaba reencontrarme con las creaciones del difunto Herber, aunque he de reconocer que no tuvo aquí su mejor día.

The Compact Trail of Tsathogghua

En 1997, Chaosium publicó una nueva edición de este suplemento en la que sólo se incluyeron los dos escenarios iniciales, que son los de mayor interés (de ahí su nuevo título, The Compact Trail of Tsathogghua). Con apenas 48 páginas y algunos pequeños cambios e ilustraciones adicionales, este suplemento pasó sin pena ni gloria dentro de una efímera serie de suplementos con aventuras cortas llamada "Fright Night".

Al hojearlo

El manual luce la maquetación estándar de Joc, y las ilustraciones de Purcell cumplen sin epatar. El mapa central de Groenlandia resulta poco útil porque justo la parte en la que estarán los investigadores cae en el centro y queda medio tapada por la encuadernación (cachis...). La segunda aventura pilla fuera del mapa, hacia la costa opuesta de Canadá.

Escenario a escenario

El primer escenario se llama precisamente El rastro de Tsathogghua (20 págs.) y es el único que guarda alguna relación, si bien débil, con el primigenio que da nombre al suplemento (y con eso le basta para superar en ese aspecto a Las sombras de Yog-Sothoth). La trama se desarrolla en Groenlandia, que es sin duda un entorno exótico poco explotado y donde tenemos el peligro adicional del frío, el hielo y un entorno desolado. Pero es un módulo a la vieja usanza, con mucho viaje y poca acción. Los personajes parten hacia esa colonia danesa en una expedición montada a toda prisa por la Universidad de Miskatonic, allí investigan una enigmática losa que ha aparecido desplazada por los glaciares, y luego rodean por barco la costa sur hasta la zona occidental para adentarse finalmente en el gélido territorio interior. Muy poco que hacer, muy poco que decidir. Como enemigos, los últimos hiperbóreos y un par de criaturas propias de estas latitudes, y en la meta final un templo a Tsathogghua que tampoco supone un clímax como para quitarse el sombrero (y menos con el frío que hace allí).

El segundo escenario, y segunda parte de esta especie de minicampaña poco hilada, se titula La maldición de Tsathogghua (15 págs.). Uno de los PNJs de la primera aventura (cuya supervivencia debe asegurarse el Guardián, con los chanchullos que eso supone) descubre el origen de sus ancestros y los investigadores acaban persiguiéndole no se sabe muy bien por qué. La acción se desarrolla esta vez al norte de Vancouver, en la costa oeste de Canadá (es decir, bastante lejos de la primera pero también en una zona polar) y una vez más no hay un enemigo claro. Los principales oponentes vendrían a ser una tribu de sasquatch (los conocidos bigfoots. que aquí se presentan como descendientes de los voormis groenlandeses), pero no son realmente malos. Sí, es de esos escenarios donde los personajes han de realizar una elección moral y tal y cual, pero lo más probable es que no tengan más remedio que salvar la piel a tiro limpio.

El tercer escenario no guarda ninguna relación con los anteriores. Genial, ¿a que sí? Es más largo, se titula La casa encantada (27 págs.) y es relativamente famoso por ser de lo más complicado y aburrido que ha existido nunca para La Llamada de Cthulhu. Como podéis intuir gracias a vuestro prodigioso intelecto, se trata de investigar una casa encantada, en este caso en el estado de Michigan, porque el dueño quiere venderla y la fama que tiene el edificio le perjudica el negocio (hay quien pagaría más por una casa encantada que por una normal, pero vale). A ver, me voy a sincerar: no me creo que ningún grupo descubra lo que pasa en la mansión sin hacer trampas. Es tal la cantidad de pistas falsas, la enormidad de páginas que encontramos sobre la historia de la familia y la descripción de cada una de las habitaciones, todo lo cual no guarda absolutamente ninguna relación con el origen del misterio (que para más inri no es de los Mitos), que al final uno acaba harto y le pega fuego a la puñetera casa. Lo cual soluciona el problema, por cierto.

Calidad

Lo más destacable a este respecto son las numerosas ayudas de juego (16 páginas nada menos), sencillas y si me apuran prescindibles, pero amenas. Zamarreño vuelve a sus tradicionales notas del traductor, sin pasarse, y por lo demás todo dentro de lo normal. Hay una errata muy evidente en el ataque del gnoph-keh: el descenso de temperatura no es, por suerte, de 72ºC, sino sólo de 22.

Conclusión

El rastro de Tsathogghua es un suplemento menor dentro de lo que sacó Joc para La Llamada, y se entiende que sea de los menos valorados por la afición. Herber no supo sacar partido a su factor diferenciador, que era la ambientación polar; está presente, sí, pero en un segundo plano. Una tercera aventura conectada con las anteriores, en lugar de La casa encantada, habría podido mejorar sensiblemente el resultado global, pero por los motivos que fuera la cosa se quedó así.